El acuerdo de la OPEP
Los efectos para Colombia de esta situación del mercado petrolero dependen de la evolución de los precios en el corto plazo. Si se estabiliza entre 65 y 70 dólares-barril, continuará la recuperación de la economía.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció el viernes pasado que habían llegado a un acuerdo para aumentar la producción en 600.000 barriles por día hasta llegar a 32,5 millones, aumento que comenzará a darse a partir del primero de julio. Los aliados No OPEP de la organización (Rusia, México entre otros) apoyaron finalmente el acuerdo y aportarán 400 mil barriles adicionales. Los mercados reaccionaron inicialmente con un incremento del precio. En el caso de la cotización Brent el aumento fue de $2,50 dólares para cerrar en US$75,55 por barril. En el caso de la referencia West Texas fue de US$3,04 dólares para dejar el precio por barril en US$68,58.
Esta reacción del mercado sorprende pues, en una primera impresión, no se entiende como una mayor oferta de petróleo puede hacer que suba su precio. La explicación se encuentra en que el mercado considera insuficiente el anunciado aumento el cual, además, todavía no estaba avalado por Rusia y los otros aliados de la OPEP, respaldo que finalmente se dio el sábado pasado.
El incremento en la producción se considera mode- rado porque, al fin de cuentas, vuelve al nivel que se había definido en la reunión de la OPEP de noviembre de 2016, cuando se firmó el acuerdo para recortar el bombeo de crudo en 1,2 millones de barriles hasta llevarlo a 32,5 millones. El posterior incumplimiento de algunos países fue cubierto en gran medida por Arabia Saudita. Otros países tuvieron reduc- ciones adicionales de su producción como Venezuela, Libia y Angola, todo lo cual llevó a que la reducción fuera de 2,8 millones de barriles día y a presionar al alza los precios en el último año hasta llevarlos, para el caso de la cotización Brent, a rozar los US$80 dólares por barril.
Del lado de la demanda, el crecimiento de los países desarrollados y los grandes emergentes ( China e India) ha sido alto y se prevé que este dinamismo continuará en lo que resta de este año. De hecho, Estados Unidos está cerca de una situación de pleno empleo, lo cual demuestra el dinamismo actual de su economía y los riesgos de presiones inflacionarias, a las cuales puede sumarse el incremento del precio de los combustibles.
La economía política del acuerdo obtenido mostró a países interesados en aumentar la producción liderados por Arabia Saudita y Rusia, muy presionados por los grandes países consumidores para compensar la baja producción de los países petroleros en dificultades y detener la escalada de precios y las consecuentes presiones inflacionarias. Los opositores al acuerdo, como Irán, consideraban que era conveniente seguir impulsando los precios con más escasez.
Las consecuencias para Colombia de esta situación del mercado petrolero dependen de la evolución de los precios en el corto plazo. Si se estabiliza entre 65 y 70 dólares el precio del barril de Brent, continuará la recuperación de la economía y se reducirán los déficits externo y fiscal. Sin embargo, el nuevo acuerdo no está aclarando el panorama en relación con el balance de la oferta y la demanda mundial de petróleo en el resto del año y el escenario puede ser de precios más altos, con mayor volatilidad. En tal situación, las autoridades deben ser cautelosas y usar los instrumentos de estabilización y ahorro que recomienda la teoría