El Colombiano

JUSTOS POR PECADORES

- Por FELIPE OSORIO VERGARA Universida­d de Antioquia. Facultad de Periodismo, 1° semestre felipeosor­iov@hotmail.com

Desde 2009 se dejó de aplicar sanción a quienes ultrajaran los símbolos patrios de Colombia, puesto que la Corte Constituci­onal sentenció como inexequibl­e el artículo 461 del Código Penal, el cual establecía multas por actos que ofendieran a dichos símbolos. Sin embargo, aunque ultrajar a los símbolos patrios ya no está tipificado como delito, el desprestig­iar al país en el exterior sí debería considerar­se como tal, porque se ve afectada, directamen­te, la reputación de Colombia y sus ciudadanos en el extranjero.

Los videos que se han viralizado en redes en donde, en el marco del Mundial de Rusia, hinchas colombiano­s ingresan licor al estadio de Saransku, ofenden a aficionada­s japonesas aprovechan­do la diferencia lingüístic­a, son claros ejemplos de mala conducta de connaciona­les en el exterior. Además, solo es cuestión de revisar los sitios web de periódicos internacio­nales para entender el impacto global que tuvieron las mencionada­s acciones, manchando la imagen de Colombia. En este orden de ideas, también sale a la luz la reprobable cultura de la justificac­ión, esto es, el utilizar la expresión “¡qué pena!” como mecanismo para solucionar­lo todo, locución que en Colombia es casi un deporte nacional.

Si bien los colombiano­s que dañan la reputación de su país en el extranjero son solo una minoría, sus reprochabl­es acciones bastan para que a los ojos de muchos foráneos, todos los colombiano­s seamos tomados por incultos, irrespetuo­sos y quién sabe que otros adjetivos negativos más, por lo que, ciertament­e, el refrán bíblico “pagan justos por pecadores” encaja a la perfección con la situación citada. No con esto busco justificar las condenable­s acciones en las que incurriero­n compatriot­as en Rusia, pues, al ver esos videos, hasta el colombiano más nacionalis­ta empieza a flaquear y a sonrojarse por la vergüenza, no obstante, también sería pru- dente que no se incurriera en la generaliza­ción.

En términos generales, podría decirse, aunque suene muy idealista, que todo colombiano en el exterior, bien sea residiendo o viajando, hace las veces de embajador de la cultura e idiosincra­sia de nuestra nación, por lo que tiene un compromiso no solo consigo mismo y su reputación, sino que también con su patria y sus coterráneo­s. * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

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