¿LA REELECCIÓN DE TRUMP?
La semana pasada hubo un torbellino en la Casa Blanca, pues las “desafortunadas” declaraciones de su inquilino al patear a la comunidad de inteligencia de su país en la reunión en Helsinki con el Zar Putin, parecieron poner en duda el respaldo de los estadounidenses, que supone uno no pueden aceptar, luego de lo que pasó casi 50 años de Guerra Fría, a Rusia como su aliado y menos a su presidente, formado en la KGB y quien nunca ha ocultado el dolor de la derrota soviética, así como su intención de recuperar todo el poder e influencia que sea posible arrebatarle a Occidente; asunto para el cual el presidente Trump, consiente o inconscientemente, está siendo de tanta utilidad, debilitando a Europa y su alianza trasatlántica con EE.UU.
El presidente Trump puede catalogarse, hasta ahora, como un presidente corcho, que no importa el remolino, puede sacudirse y girar, pero no se hunde.
Muchos miembros del partido Republicano, desde archienemigos como el senador McCain, hasta otros más complacientes, criticaron las palabras en Helsinki. Palabras que como dicen los políticos cuando meten la pata o los traiciona el subconsciente, se “sacaron de contexto” o fueron un involuntario “desliz de sintaxis”; como ahora dice el padre de Roux, que lo que dicen que dijo, no fue lo que él dijo. Alzamos una oración a San Francisco
de Sales, santo patrono de los sordos, para que cure nuestros males del sistema auditivo, aunque tengamos todo el contexto.
Pero una cosa es lo que piensen los congresistas republicanos y otra lo que creen sus votantes. Una encuesta realizada por SurveyMonkey el lunes y martes pasado entre 2100 adultos estadounidenses, indicó que el 79% de los republicanos aprobaron el manejo de Trump de su conferencia con Putin, y el 85% cree, como ha repetido tantas veces su presidente, que la investigación de la interferencia rusa en las elecciones es una “distracción”. Como dice Mike
Allen: “el control de Trump sobre las mentes de los republicanos parece invencible”.
Entonces si al presidente actual le rebotan las balas como a Superman, tanto las que le despiden sus enemigos, como las que por mal manejo de su arma favorita, el twitter, él mismo se dispara, no es una locura suponer que, con la información que tenemos hasta este momento, pueda ser reelegido. Faltan muchos días y cualquier cosa puede pasar, y el mismo es una prueba de ello, pero por ahora nada impide que pueda pasar.
En la misma encuesta el 62% de los llamados “independientes” y el 91% de los demócratas desaprobaron el episodio, lo que pareciera ser una amenaza formidable y homogénea, pero los demócratas no han podido configurar a nadie que pueda capitalizar esto y ser un candidato inobjetable y contundente. Si la crisis económica que parece puede darse el año que viene, se desvanece o posterga, no hay nada hasta ahora que indique que no pueda ser reelegido
Si al presidente actual le rebotan las balas como a Superman, no es una locura suponer que pueda ser reelegido.