Los retos políticos del presidente entrante Iván Duque
El saliente presidente inició con un apoyo fuerte en el legislativo y terminó luchando por los votos.
El apoyo parlamentario del presidente saliente, Juan Manuel Santos, se fue diluyendo a medida que pasaron sus años de gobierno, al punto, que al final de su gestión los congresistas no respondieron a sus llamados para la aprobación de las leyes claves para el país.
Esta situación se hizo evidente en el último año de mandato, cuando, coincidencialmente, se presentaron los proyectos más importantes para el Gobierno, los de la aprobación del Acuerdo de paz logrado entre el Gobierno y la guerrilla.
Las mayorías parlamentarias con las que comenzó el gobierno conformadas por el Partido de La U (21 senadores y 37 representantes), los conservadores (18 senadores y 26 representantes), y Cambio Radical (9 senadores y 15 representantes), y el Partido Liberal (17 senadores y 39 representantes) terminaron fallándole.
Al finalizar la legislatura pasada el problema de la falta de apoyo parlamentario se hizo evidente, inclusive con la implementación del mecanis- mo de fast track, que reducía los tiempos en el legislativo, el Gobierno no fue capaz.
Según varios analistas esto se debe a que para garantizar gobernabilidad Santos usó, en demasía cargos burocráticos.
El profesor del Departamento de Ciencia Política de la U. Nacional, sede Medellín, Pedro Luis Pemberthy, sostuvo que “el presidente Santos
en relación con las demás ramas del poder va a pasar a la historia, tristemente, por ser el presidente de la mermelada. Eso resquebrajó lo que es el estado de Derecho”.
En ese sentido Carlos Arias analista de comunicación política de la U. Externado sostuvo que “Santos se jugó su gobernabilidad al amparo del proceso de paz y con ese objetivo ce- dió mucho terreno en entidades desterritorializadas para que los partidos políticos le prestaran su apoyo. Hay que recordar que le entregó Fonade a los ñoños, y el DNP al Partido Liberal. En conclusión, Santos basó su gobernabilidad brindando a los partidos políticos mermelada en entidades adscritas a la presidencia, e incluso en algunos viceministerios”