“Es un oro que pedí, que soñé y que logré”
¿Qué significa esta medalla para usted?
“Fue algo que desde el inicio de la temporada me fijé como meta y lo escribí en un papel. Quiero ser medallista dorado en Centroamericanos y lo dejé debajo de una oración. Antes de la prueba también le pedí mucho a Dios y salí contento a dar lo mejor”.
¿Hizo la mejor marca en el primer lanzamiento, qué sintió en ese momento?
“Alegría, mucha emoción porque además estaba compitiendo en casa y mi mamá estaba ahí, viéndome. Me siento muy feliz de darle a ella esa alegría, este oro es para ella, mi hermano, mis entrenadores y la gente que siempre ha estado a mi lado”.
¿Qué mensaje les envía a los jóvenes que lo ven como ejemplo?
“Que sueñen, luchen y salgan adelante. Me acuerdo de Urabá, de los barrios en los que la violencia se vive todos los días. Les digo que hay que superar esos problemas, ser hombres de bien y alcanzar las metas”.
¿Recibió alguna llamada que lo haya sorprendido?
“Han sido unas horas muy movidas, de muchas llamadas, me sorprendió la felicidad con la que mi novia María Angélica Ramírez vivió esa prueba. Todo eso me llena de mucha más fuerza, tengo mucho más para dar, voy a seguir tranquilo, entrenando fuerte, esforzándome al máximo”.
¿Qué viene ahora para usted en el calendario deportivo?
“A finales de agosto estaré en Perú en el Iberoamericano y desde ya la meta es llegar muy bien preparado a los Juegos Panamericanos del próximo año en Perú, donde tengo que defender esta medalla y, ojalá, volver a escuchar el Himno de Colombia, una alegría inmensa que no se borra de mi mente”.