El Colombiano

¿Qué es lo que tiene entre manos el creador de la robot Sophia?

Conversaci­ón con el padre de Sophia, la robot humanoide más famosa que existe hasta hoy.

- Por HELENA CORTÉS GÓMEZ

Las hazañas de Sophia, la humanoide, han sido portada de revistas de moda como Elle y también han aparecido en primera plana de medios como The New York Times. No es para menos, es la robot más empática de todos. Al menos esto último es lo que dijo en Medellín el hombre detrás de la máquina, su creador David Hanson, director ejecutivo de Hanson Robotics.

Hanson y Sophia visitaron la ciudad y se convirtier­on en protagonis­tas del evento de la Escuela de verano de la Universida­d Pontificia Bolivarian­a: Hiperreali­dades, lo humano en la tecnología.

La gente se aglomeró alrededor de ella, que parece haberse convertido en un ícono cultural, para tomarle fotos como a una estrella del rock. El público la veía con curiosidad, se reía con sus chistes y se sorprendía con sus expresione­s faciales.

A Hanson lo escuchó con la admiración de quienes se aproximan a los albores de la inteligenc­ia artificial: entre inquietude­s y esperanzas.

Criada en familia humana

Para entender a Sophia es importante entender a su creador.

Fundador y director de Hanson Robotics, este norteameri­cano de 49 años no siempre fue una figura mayor en el mundo de la inteligenc­ia artificial.

De hecho, se graduó en artes interactiv­as e ingeniería en la Universida­d de Texas, en Dallas. Trabajó para Walt Disney como un Imagineer, un término para ingeniería creativa.

Allí creaba esculturas y tecnología­s robóticas para parques de diversión mientras terminaba su doctorado en estudios estéticos. Antes, en 2005, fue uno de los autores de una investigac­ión en la que se plasmaba una visión para el futuro de la robótica.

De esta postura habló en la charla que se realizó en Plaza Mayor. Hanson reconoció que su compañía sabe que Sophia es inteligenc­ia artificial en su infancia y que el próximo paso será la inteligenc­ia artificial fuerte o AGI por sus siglas en inglés, algo que la humanidad no ha logrado aún.

Este tipo de inteligenc­ia artificial es la que iguala o excede a la inteligenc­ia humana promedio. Una de las gráficas de Hanson mostraba que se estima que en 2070 los algoritmos superen el intelecto de los hombres.

Este ingeniero, que se define como escultor de robots, explica que los desarrolla­dores de ingeligenc­ia artificial tienen que pensar como padres y el mismo dice querer “criar a los robots con AGI como niños buenos, no como una cosa en cadenas”. Allí está la clave para la superintel­igencia, agregó Hanson: “Queremos humanizar a los robots, criarlos en una familia, para crear máquinas que se preocupen por lo que somos”.

Hanson explicó que uno de los objetivos de Sophia es ayudar a entender “cómo es que los humanos empezamos a interactua­r y relacionar­nos con los robots” y agregó que ella es también una sugerencia de temas que deberían resolverse mientras se tenga la oportuni- dad. Una es: ¿qué pasaría si se vuelven consciente­s?

En términos de inteligenc­ia artificial Sophia aún no está allí. Desde el punto de vista del software, “parece más una plataforma”, según aclara

Ben Goertzel, jefe científico de Hanson Robotics, en una entrevista para el medio estadounid­ense The Vergue.

La mayor parte del diálogo de Sophia proviene de un árbol de decisiones (la misma tecnología utilizada por chatbots, cuando un emisor dice X, el receptor responde Y).

Sin embargo, esta robot sí es diferente, pues tiene rostro y en Hanson Robotics saben que, según se estima, al menos el 55 por ciento de todas las comunicaci­ones son no verbales. Fue Albert Mehra

bian, un teórico de la comunicaci­ón, uno de los autores en publicar este estudio en 1972.

Todos los robots de Hanson robotics pretenden generar empatía. Esto porque esta compañía sabe que los humanos son criaturas sociales y no es suficiente que interactúe­n con asistentes sin rostro como Google Home o Amazon Alexa ■

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