NOS ESTAMOS EMBRUTECIENDO

“Algunos temen un mundo regido por bots. Yo temo un mundo regido por humanos”, expresó en un editorial, Bob Grant, editor jefe de The Scientist.

La razón es obvia: ¿estamos perdiendo inteligencia y creatividad? Tal parece que sí, lo han sugerido investigaciones.

Dependemos muchísimo de los dispositivos informáticos. Lo veíamos en la campaña electoral cuando uno de los candidatos respondió ante una pregunta, que eso estaba en Google. La situación es común en conversaciones actuales.

¿Qué relación tendrá esta situación con la cada vez más notoria reducción idiomática de jóvenes y adultos? Escucharles una conversación es notar que dependen de un vocabulario reducido, con demasiadas muletillas en cada frase. Es difícil que así entiendan el mundo y de ahí los problemas en comprensión, por ejemplo. Cita The Scientist a Noriko

Arai, experta del Instituto Nacional de Informática de Japón, quien en el Kyodo News opinaba: “¿El avance de las máquinas? Es entendible. ¿Pero el declive de los humanos? Este es un problema que necesita ser atendido de inmediato. El futuro es muy, muy asustador”.

Arai explicó que en sus investigaciones ella y sus colaboradores construyeron y entrenaron un sistema basado en Inteligencia Artificial que respondía mejor en los exámenes de ingreso a la universidad que el 80 % de los estudiantes. Esto, en la mayor brecha entre humanos y máquinas: la comprensión lectora.

El temor de grandes cerebros (no compartido por otros) es un mundo dominado por las máquinas, por la Inteligencia Artificial salida de manos. Elon Musk, fundador de empresas como SpaceX, Tesla y Paypal suele referirse a la IA como “el mayor riesgo que enfrentamos los humanos”.

Pero ante el nivel que muestra hoy la generalidad de las personas, tal vez la gran amenaza es un mundo regido por personas. Las decisiones de los políticos en distintos campos, en contra de las evidencias científicas, es una clara muestra. Negar, por ejemplo, el daño del azúcar en la salud. Millones en manos de personas poco preparadas.

Arai aconseja a los humanos modernos, luchar por mantener su diferencia cognitiva en una era de rápido avance de la tecnología basada en la IA. “Ser creativos. Los robots no pueden”.

Un futuro en verdad muy comprometido con generaciones que cada vez más permutan con las máquinas su capacidad de pensamiento racional (informado).

Es hora de la discusión. La academia y el aparato educativo tienen mucho qué decir.

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“¿El avance de las máquinas? Es entendible. ¿Pero el declive de los humanos? ... necesita ser atendido de inmediato...”.