De Santos a Duque, ¿en qué queda la bandera de la paz?
Luego del desarme de las Farc, principal apuesta del Gobierno de Juan Manuel Santos, se debe perfeccionar la implementación del Acuerdo.
Nosotros entregamos al país sin Farc”, dice el alto comisionado para la paz, Ro
drigo Rivera. Y es que ese fue el objetivo del presidente
Juan Manuel Santos desde que inició su gobierno: lograr la salida negociada al conflicto armado colombiano.
“Los últimos gobiernos, por varias décadas, intentaron resolver ese tema por la vía militar y de operaciones o por la vía de la negociación, con distintos resultados, pero ninguno resolvió el tema de las Farc, hasta el presidente Santos”, anota el comisionado.
Hoy hay réditos de esa negociación: las Farc dejaron las armas con verificación internacional, lo que se convirtió en un hito mundial; hoy el partido político que nació de esa extinta guerrilla tiene diez curules en el Congreso, y cambiaron las balas por las ideas; los máximos responsables de los delitos más graves ocurridos durante el conflicto armado (guerrilleros y militares) empezaron a comparecer ante la Jurisdicción Especial para la Paz, y la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad ya escucha a los actores de esa triste historia de Colombia.
Sin embargo, en el horizonte se plantean problemas. Hoy Colombia no cuenta con una paz completa. Varios miembros de la extinta guerrilla armaron rancho aparte y se conformaron como disidencias, inteligencia militar habla de aproximadamente 29 estructuras residuales, que se distribuyen a lo largo y ancho del país, azotando peligrosamente zonas como Tumaco ( Nariño), toda la zona de influencia del antiguo Bloque Oriental, y el Norte de Antioquia.
Quedan vivas las guerras con el Clan del Golfo y con el Epl, que no lograron someterse a la justicia durante la administración de Santos y acribillan a civiles en Catatumbo (Norte de Santander) y Chocó; pero queda lista la ley de sujeción que les otorga hasta el 50 % de descuento en las penas si colaboran con la justicia.
También quedó en la mitad del camino la negociación de paz con el Eln, que sin avances tangibles enfrentará otra remezón cuando empiece la presidencia de Iván Duque