Diego Zambrano y Manuel Saldarriaga ganaron el CIPA.
La historia llegó a Diego Zambrano por una llamada. El líder del proyecto del café La Sierra, Cristian Raigosa, se consiguió su teléfono y así se fueron a caminar por los cafetales que están cerca al barrio La Sierra. Diego escuchando el relato, Cristian y Yenifer Bravo, la socia, contando.
“Conocí personas que desde la periferia urbana buscan derribar los estereotipos de violencia con los que se conoce a muchas zonas de Medellín”, dice Diego, el periodista, que terminó narrando ese relato en una crónica que tituló La Sierra sueña otra historia con sus cafetales.
La reportería fue en noviembre de 2017, el artículo se publicó el 19, y nueve meses después Diego recibió, en la tarde de este viernes para ser precisos, el premio Cipa en la categoría Prensa.
Entonces escribió en el primer párrafo: “Con el sol, desde los cafetales se ven los techos de zinc deslumbrantes y las casas de ladrillo desperdigadas sobre la montaña en el barrio La Sierra, comuna 8 de Medellín. Los cultivos están en el mismo barrio, en su parte alta, pero desde hace cuatro años los campesinos han dejado de voltear la vista hacia abajo, como lo hacían cada vez que se desataba el traqueteo de los fusiles. Ahora se pueden concentrar exclusivamente en la recolección de sus granos”.
El cuento
En la crónica, el periodista cuenta sobre los cafetales que se regaron en la parte rural del barrio y cómo hace tres años Cristian, quien es tintero de oficio, se enamoró del sabor de un café de La Sierra. El relato sigue entre los cultivos en La Sierra, contar ese interés porque al lugar lo reconozcan por el café y no por la violencia, el cómo se ha empezado a distribuir. Y así. La crónica completa la puede leer en ElColombiano.com.
Diego también recibió un premio en trabajo universitario, por su trabajo de grado, Los soldaditos de plomo.
Manuel también ganó
El fotoperiodista Manuel Salgarriaga también ganó, en la categoría Fotografía, con un reportaje gráfico que publicó el 17 de diciembre de 2017.
Lo llamó Gatear entre barrotes, y se trata de un trabajo sobre el oculto pabellón de maternidad de la cárcel El Pedregal.
“Es muy interesante saber que uno a través de sus imágenes hace una labor social y puede mostrar esas cosas que pasan y que no son visibles para la gente del común, de los barrios. Lo que quiero hacer con mi trabajo es visibilizar otras realidades, como las que pasan dentro de una cárcel: cómo a pesar de que estas mujeres están presas, pagando una condena, en cierta forma pueden y tienen el derecho a criar a sus hijos”, cuenta Manuel