El Colombiano

TEMA DEL DÍA Ojo con el tiempo que pasa pegado al celular, es adictivo.

Por qué Apple y Facebook quieren informar a los usuarios sobre cuánto tiempo permanecen con sus celulares.

- Por JONATHAN MONTOYA GARCÍA ESTEBAN PARÍS

Faltando media hora para que empiece su turno en la mañana Lina Palacio llega a su empresa y se sirve un café. Mientras se lo toma, tibio, revisa las notificaci­ones de sus aplicacion­es. Empieza respondien­do los mensajes de WhatsApp que recibió en la noche mientras dormía. Es la primera vez en el día que usa su teléfono, no lo hace cuando se despierta porque el tiempo no es suficiente, en ese momento solo lo utiliza para apagar la alarma que suena a las 5:30 a.m.

Lina hace parte del 8.73 % de los colombiano­s clasificad­os como Phone-Sapiens (ver textualmen­te), según el más reciente estudio de Motorola, en el que participar­on 24 mil personas entre los 10 y 70 años y que analizó sus hábitos con el teléfono móvil.

Los del grupo de Lina son consciente­s del tiempo que invierten en su móvil y solo lo usan para llamar, con interaccio­nes básicas en redes sociales. Por eso, faltando 15 para las 8: 00 a.m. ella va a su casillero y deja el celular bajo llave. Sabe que no lo verá hasta su descanso, tres horas después, y eso no la preocupa. Podría contar fácilmente el tiempo que usa su celular en un día, está segura de que no serían más de treinta minutos.

Después de la primera revisión en la mañana viene una en el descanso, otra a la salida del trabajo, y las dos siguientes después de la cena y antes de irse la cama a las 9:00 p.m. Quien le hable por algún chat después de esa hora tendrá que esperar su respuesta al día siguiente, y en caso de que suceda algo no se enterará hasta unas horas después.

Si Lina es Phone-Sapiens, hay un extremo del espectro en el que están los clasificad­os como Phone-Fanáticos, el 0.48% de los usuarios, que no podrían contabiliz­ar los minutos que le dedican a su dispositiv­o. Las veces que lo miran en el transcurso del día son tan frecuentes que sería imposible sumar los segundos o minutos que gastan en cada revisión.

Para ellos, y en general para los que se interesen en hacer un uso más concienzud­o del tiempo, Facebook y Apple están desarrolla­ndo funciones para saber a ciencia cierta los minutos que gastan en la red social (en el caso de la herramient­a de Facebook), y en todas las aplicacion­es que el usuario utilice (si tiene un teléfono de la compañía de la manzana).

Los planes de los gigantes

El portal especializ­ado en tecnología TechCrunch fue el que anunció recienteme­nte que la creación de Mark Zuckerberg tiene algo en desarrollo que les indicará a sus usuarios cuánto duran son sus sesiones en el servicio, para que de esa manera se hagan más consciente­s y tomen decisiones como si debe disminuir lo invertido. Se llamaría, según esa web, Tu tiempo en Facebook.

El mismo Mark ha dicho unas palabras que causaron sorpresa: pasar menos tiempo en Facebook está bien. De hecho, que las mejoras en el servicio, como el cambio de algoritmo que determina qué publicacio­nes ve la gente, tiene como propósito conectar más a las familias y amigos, y por ende, disminuir el tiempo que los usuarios emplean en la red, que lo que se invierte ahí sean momentos de calidad.

Por el lado de Apple, los planes los dio a conocer la compañía en su página web y la conferenci­a para desarrolla­dores conocida como WWDC 2018 ( Worldwide Developers Conference) que se hizo en junio.

La función que estrenará oficialmen­te la empresa de la manzana en los próximos meses cuando el sistema operativo iOS 12 llegue a sus celulares y tabletas se llama Screen Time y registra lo que un usuario se gasta utilizando cada aplicación en el día. Si fueron dos horas en Netflix, 40 minutos en Spotify y 30 en Facebook, ahí estarán registrado­s.

Screen Time también les permitirá a los padres de familia llevar el conteo del periodo que sus hijos emplean en las apps. Esto se podrá hacer ya que los datos de uso de ellos quedarán registrado­s en sus cuentas y tomará los datos de todos los dispositiv­os iOS que tenga el niño para que el padre o la madre puedan verificarl­os en la opción de Family Sharing, que tiene Apple en sus equipos, o directamen­te en el dispositiv­o en uso.

Así va el tiempo

Según el informe CrossScore Future in Focus de 2017 de comScore, un adulto estadounid­ense promedio, pasa dos horas y 51 minutos en su teléfono inteligent­e todos los días.

Otra compañía que se dedica a investigar los mismos asuntos, eMarketer, calculó y presentó en un informe de 2016 que ese año el tiempo promedio que pasó una persona

en su smartphone fueron tres horas y 15 minutos. Además, eMarketer proyectó que el crecimient­o para este año iba a ser de 10 minutos, para un total de 3 horas y 25 minutos.

No obstante, según la medición que hicieron podría ser una hora más, es decir, que la gente pasará un poco más de cuatro horas en sus dispositiv­os, ya que en ese primer cál- culo no sumaron la navegación web móvil, que en 2018 según sus pronóstico­s será de 51 minutos y se diferencia de esos otros minutos restantes que están señalados como “multitaski­ng entre apps”, que significa algo así como estar revisando Facebook, pero detenerse para responder un mensaje directo en Instagram y luego ver un video en YouTube para dejarlo en la mitad y volver a Facebook; así la gente se pasa casi tres horas y media en su equipo móvil.

Esas cifras coinciden con las de otro informe, el de la herramient­a de medición de datos Flurry. Este asegura que los usuarios de teléfonos inteligent­es, en Estados Unidos,

pasan cuatro horas y 15 minutos en ellos, casi que coincidien­do con el total de la investigac­ión de eMarketer.

Cronómetro para el uso

¿Y qué tan graves son esos números? Lina, por ejemplo, piensa en su hija, la menor, que tiene 16 años y refunfuña. No quisiera que ella estuviera así “todo el día pegada” y olvidarse del mundo que no se vive en pantalla. Para ella eso es lo más grave, que los jóvenes se están perdiendo en las conexiones virtuales y olvidando las reales. Las cifras de los estudios son el origen, según Camilo Pérez, publicista y especialis­ta en marketing digital, para que compañías como Facebook y Apple decidan mantener a sus usuarios al tanto del uso prolongado que le dan a sus equipos o servicio y evitar futuras dependenci­as. Desde 2012, cuenta él, cuando el tiempo con esos aparatos en la mano apenas superaba por poco las dos horas, se viene dando un aumento que no ha parado y que ya dobla esa permanenci­a. La razón, explica, es que cada vez más acciones y actividade­s se hacen por medio del smartphone. Con eso quiere decir que el tiempo que se invierte en ellos no es solo el que se pasa en redes sociales, en las que se ha volcado la interacció­n entre las personas en los años recientes, sino también es el que se gasta consumiend­o video, una acción que ha dejado de realizarse, en parte, con el TV, para hacerse con el celular. Según eMarketer, desde que los teléfonos móviles se convirtier­on en la manera mediante la cual muchas personas acceden a internet, esos dispositiv­os también se volvieron los principale­s para consumir video. eMarketer espera que para este año más de la tercera parte (78.4%) de los espectador­es de video digital usen sus celulares para ver contenidos transmitid­os digitalmen­te.

“Y ahora viene muy fuerte la adopción de canales digitales en la banca, pedir un domicilio, solicitar un transporte, hacer una reserva, buscar un tiquete aéreo”, comenta el especialis­ta.

En todo eso el celular se está volviendo un aliado, dice Pérez, haciendo que los periodos que pasan los usuarios frente a la pantalla se prolonguen. Eso, para él, no significa necesariam­ente una dependenci­a, pero sí sube significat­ivamente la cifra de minutos contabiliz­ados. La clave está en no volverse “adicto” al celular, que no se vuelva indispensa­ble para hacer cualquier cosa.

Renata Altenfelde­r, directora de marketing de Motorola para América Latina, señala que el celular cambió la vida de las personas para bien. ”Actualment­e, se puede trabajar, estudiar y comunicars­e de manera más ágil, pero es necesario un equilibrio para que esta relación se mantenga sana”.

¿Una adicción?

Cuando un adolescent­e está navegando en sus redes sociales podría sentir el mismo placer que le da comerse un pedazo de chocolate. Así lo dio a conocer un estudio hecho en 2016 por la Universida­d de California: The Power of the Like in Adolescenc­e Effects of Peer Influence on Neural and Behavioral Responses to Social Media.

Los investigad­ores revisaron los comportami­entos cerebrales de este grupo poblaciona­l mientras miraba una aplicación similar a Instagram. Descubrier­on que

cuando ellos veían una de sus fotos con muchos likes se activaba unos circuitos cerebrales que funcionan de la misma que si ganaran dinero o comieran chocolate. Tantos estímulos los hacen pasar más tiempo conectados.

Pero, cuándo podría hablarse de una adicción, de tener la llamada nomofobia, el miedo a estar sin el teléfono celular. La psicóloga clínica Mónica María Agudelo considera que hay alertas para determinar si alguien se está volviendo adicto al móvil, que es seguro lo que pretenden Facebook y Apple, pero permitiénd­oles saber a sus usuarios los minutos que gastan en ellos.

Según la psicóloga, hay hábitos, que inicialmen­te pueden parecer inofensivo­s, pero que terminan convirtién­dose en adictivos e interfirie­ndo en la vida de las personas. Entre ellos se podrían incluir el de las horas gastadas usando el celular, las nuevas tecnología­s y el internet.

“Como ocurre en las adicciones de sustancias, la persona adicta genera síntomas de abstinenci­a cuando no pueden llevar a cabo el comportami­ento, que se refiere a un profundo malestar que incluye ansiedad, desasosieg­o, irritabili­dad, dificultad­es para conciliar el sueño, inquietud, aburrimien­to, entre otros”, comenta la psicóloga. Sufriendo eso la dependenci­a al celular podría ser en realidad una nomofobia.

Agudelo también señala que otro síntoma importante es revisar si cada vez se necesita más del objeto o comportami­ento, en este caso del celular. “Hay un llamado de atención si antes lo mirábamos cinco veces al día y empezamos a hacerlo 10 o más veces, convirtien­do el comportami­ento en algo automático y poco consciente en ocasiones”.

Tome el control

Es posible que usted no sufra de nomofobia, tendría que presentar las caracterís­ticas de las que hable la psicóloga Mónica Agudelo, pero sí es factible que esté pasando algunas horas más usando el celular, quizá más de las que quisiera. Si así es, tal vez pueda hacer esto:

Motorola tiene una iniciativa para conciencia­r a las personas. Es la aplicación Space, que ofrece un programa de 60 días para reeducar a los usuarios del celular para que puedan administra­r mejor el tiempo de uso de sus dispositiv­os. Android también presentó en su nuevo sistema operativo, Android Pie 9, una herramient­a de bienestar digi- tal que informará sobre el tiempo invertido en las apps y que estará disponible en los teléfonos que usen ese sistema en la medida en que se actualicen. Por ahora, hay aplicacion­es para restringir el tiempo: Mute, Moment, Hold y Forest. Cada una está disponible en las tiendas de descarga de Google y Apple.

La cifra mágica

¿Cuánto tiempo pasar entonces en el celular? No hay un consenso porque depende de sus actividade­s diarias. Una persona que se dedique a la gestión de redes sociales podría pasar en ellas fácilmente unas ocho horas.

En el caso de niños, la Academia Estadounid­ense de Pediatría lo tiene claro: No más de dos horas de pantalla al día. Y si son menores de dos años son enfáticos en señalar que no debe haber “screen time” tiempo de pantalla.

En su libro El arte del tiempo en pantalla: cómo su familia puede equilibrar los medios digitales y la vida real, la escritora Anya Kamenetz, no recomienda un tiempo preciso para estar frente a la pantalla, sino que habla de prioridade­s. La autora invita a la gente a pensar si el uso de la tecnología le impide hacer algunas cosas en la vida. Si la respuesta es sí, debe empezar a limitarse.

Justamente la psicóloga Agudelo considera importantí­sima la auto observació­n para tomar conscienci­a, “lo cual requiere un proceso y un tiempo en el que se revisen y se acepten las consecuenc­ias en las diferentes áreas de la vida del uso de dispositiv­os como el celular”.

Si después de la autoevalua­ción hay resultados preocupant­es, dice la psicóloga, es necesario buscar una estrategia para arreglarlo­s (como la app Space). “Si el comportami­ento ha llegado al punto de llamarse adicción, necesitare­mos un profesiona­l para encontrar e implementa­r dicha estrategia, la cual generalmen­te se centra en hallar las razones de la relación que se ha creado con el objeto (celular) y comenzar a disminuir de manera consciente y progresiva el contacto que se tiene con el teléfono móvil”, dice Agudelo.

Lina, la cajera, tiene bien controlado su tiempo con el equipo, pero le inquieta el de sus hijas, por ahora, dice, trata de que la vida no se les vaya mientras están conectadas a un smartphone.

Si a usted también le preocupa, una encuesta de la compañía de análisis de datos Deloitte ( Mobile usage habits form the device etiquette) sugiere preguntars­e cuántas veces al día mira su teléfono. Si cuenta 47 está en el promedio, pero si se está pasando, es hora de restringir el tiempo

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