LA CHALUPA
Amable lector. Según lo expresó el expresidente Santos se va tranquilo, hizo todo lo que pudo hacer, de la manera más correcta y se cuidó de ejecutar las cosas de acuerdo con la Constitución y las leyes. Está claro que después de ocho años de gobierno no tiene ningún remordimiento; su alma está en paz.
Hace pocas semanas se conoció una calificación sobre el desempeño de cada uno de los ministros del doctor Santos. El promedio es de 2,6. Se recuerda que antes, en términos escolares, para ganar el año era necesario como mínimo un 3,0; por debajo de este puntaje se perdía el curso. Los padres en situaciones como esta se entristecían y algunos lloraban. Como los ministros reprobaron el año, cientos de miles de colombianos deberán aplazar las expectativas para tener una vida menos dura.
El doctor Santos habló en varias ocasiones sobre el buen gobierno. Es probable que al calificar uno a uno los ministros, a algunos se les dio una nota más baja de lo debido, pero también a otros se le otorgó una más alta. En el caso que nos ocupa el margen de error es mínimo. Acontece que más de uno de los nombrados en cargos como estos no tienen claridad sobre las funciones que deben cumplir. Entonces hacen mucho daño.
Un amigo al que nombraron para un alto cargo público, cuando llegó a la oficina poco antes de las 7: 00 a.m., como era en Bogotá, la única persona que encontró fue a la señora del aseo. Él en forma tímida se presentó; ella fue quien le hizo la entrega oficial del cargo.
El gobierno que se inicia es similar a alguien que conduce una chalupa, que lucha contra la corriente, los bogas que le ayudan a remar lo hacen sin prisa y cerca hay tiburones. El presidente Iván Duque M., es consciente que tendrá una oposición feroz, irracional y de pocos escrúpulos.
Tampoco debe ignorar que Bogotá es la cuna de la adulación, y que todos tienen una reforma tributaria que es la que necesita el país. Pero también, desde la orilla miles de colombianos están elevando una plegaria al cielo para que al final llegue a tierra firme y la chalupa quede en buenas manos.
A las personas que les preocupa el país, con frecuencia preguntan ¿qué es lo más importante que debe hacer el presidente? Algunos piensan que es la reforma tributaria, otros el problema de la salud, algunos que debe ser el régimen pensional, varios opinan que mientras no haya justicia, no hay nada. Y el resto dice que para qué una reforma tributaria si los corruptos son los más beneficiados.
Ojalá los que le ayuden a remar, lo hagan ya, con fuerza y en la misma dirección. Hay tantas cosas por hacer, que más importante que la prioridad, es hacerlas; y algunas a la mayor brevedad; mañana es tarde. Señor presidente, no tendrá ni buen viento ni buena mar, pero son muchos los que confían que al final llegará a buen puerto