Proyectos a corto, mediano y largo plazo
Cualquier técnico que se nombre al frente de una selección nacional va a tener sus pro y sus contras, pero se trata siempre de buscar lo mejor para el país. Sea quién sea, la exigencia siempre será mayor, no solo se le pide buenos resultados, por ejemplo, en eventos venideros como Copa América, Eliminatoria y Mundial de Catar-2022. Aquí toca hablar de proyectos a corto, mediano y largo plazo, bien estructurados, que busquen fines específicos, que no solo sean programas de entrenamiento y partidos. Que haya veeduría. El técnico contratado tiene que visitar los clubes, tener comunicación con los entrenadores y ampliar su proyecto a las categorías menores, realizar microciclos con jugadores en proyección, montar centros de alto rendimiento con 30 jugadores del torneo local y que sean los posibles reemplazantes de los consolidados. Un ejemplo, que puede servir de espejo: el repunte de Bélgica no es gratuito, se debe a la planificación, con centros de alto rendimiento e idea fija de trabajo. Si se va a utilizar un 4-33 como esquema de juego, entonces se les debe exigir a los entrenadores, en todas las categorías, implementar ese sistema para que cuando lleguen a la Selección mayor, lo tengan interiorizado. Ese ha sido el éxito de Bélgica. Todos saben a qué esquema se juega. Y eso los lleva a plantearse objetivos claros, como ganar una Eurocopa o representar muy bien al país en un Mundial. Para ello se necesita gente capacitada y en Colombia la hay, caso Reinaldo Rueda, Bolillo Gómez, Luis F. Suárez, Juan Carlos Osorio, entre otros. Un técnico local conoce la idiosincrasia de los jugadores, está compenetrado y tendrá más facilidades para recorrer el país.