LA CONSULTA ES UN PROYECTO FRÍVOLO Y BANAL QUE NO SERVIRÁ PARA NADA
La Consulta Anticorrupción que promueven las congresistas Claudia López y Angélica
Lozano tiene un problema estructural que está por encima de la confrontación política que vive el país: no cambiará nada y mucho menos permitirá disminuir las cifras que se devora la corrupción, pues no tiene que ver en absoluto con las causas reales de este fenómeno en Colombia.
Es un proyecto banal y frívolo que costará más de $300.000 millones. Las siete preguntas que contiene no surgieron del propósito de aportar soluciones a los aspectos cruciales de la corrupción en los sectores público y privado, sino a revivir iniciativas de las pro- motoras que fueron negadas por el Congreso. Una especie de venganza política, con cargo al erario, que se refiere a temas que en esencia ya están previstos en la normatividad.
La mayoría de los colombianos rechazamos la corrupción, pero el origen básico del problema no está ni en los sueldos de los congresistas ni en los beneficios penitenciarios ni mucho menos en el formato de los pliegos de condiciones de licitaciones públicas; la raíz del asunto gira en torno de una grave crisis de valores que consume al país.
La consulta anticorrupción está condenada al fracaso, no por razones políticas, sino porque no sirve para nada