VERGÜENZA Y DOLOR. LAS VÍCTIMAS DEBEN SABER QUE EL PAPA ESTÁ DE SU PARTE
Ante el informe que se ha hecho público en Pensilvania, hay dos palabras que pueden expresar los sentimientos frente a estos horribles crímenes: vergüenza y dolor. La Santa Sede toma muy en serio el trabajo del Gran Jurado Investigador de Pensilvania y el largo Informe que ha elaborado. La Santa Sede condena inequívocamente el abuso sexual de menores.
Los abusos descritos en el informe son criminales y moralmente reprobables. Estos hechos han traicionado la confianza y han robado a las víctimas su dignidad y su fe. La Iglesia debe aprender duras lecciones de su pasado, y debería haber asunción de responsabilidad ( accountability) tanto por parte de los abusadores como por parte de aquellos que permitieron que se produjera.
(...) La Santa Sede alienta a que se continúen las reformas y la vigilancia en todos los niveles de la Iglesia Católica para garantizar la protección de los menores y de los adultos vulnerables. Subraya también la necesidad de obedecer a la legislación civil, in- cluida la obligación de denunciar los casos de abusos a menores.
El Santo Padre comprende bien cuánto pueden sacudir la fe y el ánimo de los creyentes estos crímenes, y reitera el llamamiento a hacer todos los esfuerzos posibles para crear un ambiente seguro para los menores (...) Las víctimas deben saber que el Papa está de su parte