CRÓNICA DE UN NACIMIENTO
El biógrafo oficial, Daniel Samper, cuenta en Les
Luthiers de la L a la S: “I Musicisti era una pandilla formada por una decena de miembros del coro de la Facultad de Ingeniería de la U. de Buenos Aires y otros cuantos cómplices que solían participar en el festival anual. En el de 1964, un ingenioso alumno de último año de arquitectura, Gerardo Masana, había montado cierta ópera paródica hallada en viejos baúles de su familia. Il figlio del pirata se presentó con delirante éxito “fuera de programa” en el festival, y quienes participaron en ella decidieron persistir en el mismo camino: músic + humor”. esta antología que reúne obras de más de 50 años de carrera artística. La agrupación se presentará el 22 de agosto en el Teatro Metropolitano, a las 8:00 p.m.
¿De dónde surge el formato de esmoquin y pajarita?
“Surgió de los comienzos, como una especie de formalidad. Luego se convirtió en una característica del grupo”.
¿Ese formato no los agota?
“Si no lo disfrutáramos no lo estaríamos trabajando. Hacer reír a la gente diario es lo que nos mantiene vivos”.
¿De qué trata Viejos hazmerreíres?
“Es una antología divertida donde combinamos muchísimos géneros musicales, unidos a un hilo conductor, ‘Radio tertulia’, que lleva a los oyentes por diferentes momentos musicales. Realmente un espectáculo muy potente”.
¿Se imaginó alguna vez trabajar con Les Luthiers?
“Imaginarlo, no. Lo soñé y fantaseé. Yo seguía a Les Luthiers desde los 10 años, era un ferviente fan del grupo y lo había escuchado desde muy pequeño, aunque no cruzó nunca por mi cabeza. Siempre lo comparo con el fútbol: es como que se contrate el Barcelona para jugar con Messi, Iniesta, las grandes estrellas del mundo. Me pasó eso, sentí que me contrataron para jugar en las grandes ligas”.
¿Dan pie para la improvisación en sus espectáculos?
“Nos han hecho esa pregunta porque aparentemente se deja de ver que hay improvisación, pero, en realidad, es casi nula. Tenemos todo guionado. Obviamente, hay espacios donde nos damos la licencia de jugar un poco, pero es mínima. La sensación del público es que hay mucha más improvisación de la que realmente hay”.
¿Están preparando nueva producción?
“En realidad no. Estrenamos el año pasado en Buenos Aires un espectáculo que se llama Gran reserva y que girará por Argentina hasta 2019 o 2020, cuando posiblemente sea nuestro próximo estreno. Estamos estudiando algunas obras a ver si todavía están de moda o hay que hacerles unos retoques”.
¿Cómo se mantienen vigentes en tantas generaciones?
“Uno de los secretos es mantener la esencia. No haber caído en la tentación de salirse de lo original y creativo que hemos hecho siempre para acercarnos a lo actual. La gente joven que ve Les Luthiers el 90 % está influenciado por los viejos: sus padres, abuelos, tíos o gente que vio Les Luthiers y los quiere acercar a este mundo humorístico musical sano. Por sobre todas las cosas eso, además, parte de nuestro secreto: ninguna grosería ni apelar al político de turno; utilizar un humor neutral es parte del secreto. Para nosotros, que generaciones se junten en el teatro es maravilloso, y hablo desde niños prácticamente”