ECHANDO TÉCNICOS
¿Siempre hay que ganar, ser primeros? Eso es lo que se ‘obliga’ a los técnicos de ciertos equipos de fútbol.
Resulta llamativo lo que sucede ahora en el fútbol local. Y sin entrar a defender a alguien en particular ¿si no se gana todo, no sirve?
Pep Guardiola no ganó nada al comienzo en el City, Mourinho ha pasado en blanco en el Manchester United y
Arsene Wenger en el Arsenal ganó cosas al comienzo de su larga trayectoria en el banquillo, luego nada y allí se mantuvo. Y son técnicos de postín.
Pero acá, si se está en un equipo como Nacional, por hinchada y dinero hay que ganarlo todo. Los demás 19 equipos del torneo local ni juegan ni cuentan.
¿No se exagera? Qué pereza un campeonato como el italiano, donde la apuesta es ver quién queda detrás de Juventus. Se apunta a ser primero, pero ¿si no se logra se fracasa? Fracasado es entonces el 99 % de los técnicos de la Serie A y, por extensión, de cualquier liga. Según nuestra lógica, los deben despedir.
Y argumenta el hincha que ‘yo pago la boleta y por eso exijo’. Lógico, pero si a uno no le gusta algo no va. Si no me llama la atención un libro no lo leo, si una película tampoco pues no acudo al cine.
La deserción hará pensar a los directivos del equipo, sea el que sea, cómo mejorar pero eso no implica que siempre será el mejor y si no lo es tampoco puede haber frustración si cayó porque otro lo superó.
Habría que despedir cada año a los técnicos y al plantel de Boca, River, Palmeiras, Colo Colo, Flamengo, Peñarol porque no ganaron la Libertadores. ¿Es así el negocio?
‘Que esta camiseta pesa y se respeta’, afirman aficionados. ¿Y? ¿Entonces no poder ganar por X o Y motivo pese a competir con altura y dignidad es un irrespeto? Llegamos al extremo olvidando que lo importante es la competencia dando lo más que se puede. Claro, si el juego no seduce algo pasará (aunque todos los deportes requieren proceso).
Hay otro asunto que olvidan los agresivos comentaristas e hinchas: el fútbol tiene demasiado de azar. Un tiro de larga distancia que se convierte en gol difícilmente volverá a hacerlo ese jugador y el centro que cabeceó el compañero a duras penas volverá a haber uno así en varios encuentros. Y se pierde por un error que nadie tenía en el cálculo.
El fútbol es un deporte de pasiones que a veces se desbordan sin razón y estamos perdiendo el sentido de qué es éxito y qué fracaso.
Maullido: Los 11,7 millones de votos sí sirvieron
Que esta camiseta se respeta. ¿Entonces no poder ganar por X o Y motivo es un irrespeto?