Y quiénes son las talentosas músicas clásicas que nos visitan.
Las prodigiosas intérpretes, Yuya Wang y Hillary Hahn, muy aplaudidas en el mundo, estarán en Medellín en septiembre. Conózcalas y que no lo cojan desprevenido.
Dos mujeres virtuosas: una sobre las teclas del piano y la otra en las cuerdas del violín. Las dos empezaron su carrera siendo niñas, una en China y la otra en Estados Unidos, y han tenido la disciplina y la pasión para pisar algunos de los escenarios más importantes del mundo.
Yuja Wang y Hilary Hahn son las invitadas estelares este mes en el circuito de conciertos del Metropolitano de Medellín. También para celebrar los 31 años del teatro, que se cumplieron en febrero. Ellas debutaron siendo muy jóvenes con algunas de las orquestas más grandes del mundo y hoy tienen álbumes, reconocimientos y residencias artísticas en diferentes escenarios. Esta es su historia, para que se prepare, y se emocione de una vez, a escucharlas.
Wang, piano a su manera
¿Quién dice que en los escenarios de música clásica no se puede ser uno mismo? Yuja
Wang, nacida en China y con 31 años, tiene claro que nadie puede impedirle ponerse lo que quiera cuando sale a escena y es muy consciente de su belleza, y aún más de su talento. Se destaca por ser una intérprete impecable y enérgica, con un gusto por la alta costura y los vestidos que, sin importar su longitud, la hagan sentir cómoda en sus actuaciones.
Ella será la figura principal del Concierto Estelar N°6 Celsia de la Temporada Internacional de Música Clásica Medellín Cultural el 25 de septiembre. El Teatro Metropolitano acogerá su música por primera vez.
Nació en China, sus padres también tienen una tradición artística y Wang empezó a estudiar piano a los seis años. Sus maestros eran rusos y muy pronto se destacó en concursos internacionales en Estados Unidos y Canadá.
Tuvo como profesor al pianista Gary Graffman cuando entró al Curtis Institute of Music en Estados Unidos a los 15 años y desde allí solo hubo éxitos para ella: recibió el premio Gilmore Young Artist en 2005, sin haber llegado a los 20 años, y fue considerada como una auténtica promesa del piano desde ese entonces.
Al año siguiente debutó con la Filarmónica de Nueva York, pero fue hasta 2007 que pisó más fuerte, porque tuvo el honor y la responsabilidad de reemplazar a la pianista argentina Martha Argerich como solista de la Orquesta Sinfónica de Boston.
Otro de sus mayores logros también fue firmar con uno de los sellos de música clásica con mayor reconocimiento a nivel mundial: Deutsche Grammophon.
Ha tenido la oportunidad de presentarse bajo la batuta de directores como Claudio
Abbado, Gustavo Dudamel y Michael Tilson Thomas y ha participado en ocho grabaciones discográficas propias o colaborativas desde 2009.
Trabaja a un ritmo frenético y realiza aproximadamente 100 conciertos por temporada. De hecho, este año tendrá residencias artísticas en tres escenarios de talla mundial: el Carnegie Hall de Nueva York, el Konzerthaus de Viena y la Filarmónica de Luxemburgo.