Controles a vehículos “chimenea”
De 15.841 vehículos interceptados en las vías de Medellín para su revisión, 5.049 no pasaron las pruebas. Autoridades locales refuerzan los controles.
Entre enero y septiembre de este año, 5.049, de 15.841, no pasaron la prueba ambiental de tránsito en operativos realizados en Medellín. Balance.
Tras la alerta generada en las estaciones de monitoreo del aire por la presencia de material particulado en marzo de 2016, uno de los retos que se trazaron las autoridades es controlar la circulación de los vehículos llamados “chimeneas” que, por su alta emisión de gases, inciden negativamente en la contaminación atmosférica.
Entre el primero de enero y el 15 de septiembre, 5.049 vehículos no pasaron las pruebas, por presentar fallas mecánicas o superar los niveles permitidos de emisión de gases.
Mario Ramírez, subsecretario de Seguridad y Control de la Secretaría de Movilidad de Medellín, indicó que en este periodo se realizaron 1.652 operativos de control y 15.841 pruebas, en todas las comunas y corregimientos de la ciudad. Los controles siguen, dijo, especialmente en esta temporada de transición climática en los que podría presentarse problemas de contaminación.
El subsecretario explicó que en estas pruebas los agentes de tránsito interceptan en la vía, de manera aleatoria, a vehículos sospechosos de generar contaminantes. En caso de aprobar el control, el conductor puede continuar la marcha. Si es rechazado, el vehículo debe ser inmovilizado. “Cuando se presentan fugas, hay que revisar de manera inmediata, porque eso también es causal de inmovilización”, agregó Ramírez.
Principales contaminantes
María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Área Metropolitana, señaló que entre las estrategias de la entidad para hacerle frente al problema se trabaja con distintas entidades en el mejoramiento de combustibles, los programas de buenas prácticas de conducción y el seguimiento permanente a los Centros de Diagnóstico Automotriz (CDA)
Restrepo manifestó que la revisión técnico- mecánica debería ser ajustada y pasar de ser una prueba estática a una dinámica.
“Si bien los indicadores de calidad del aire han sido positivos, tenemos que estar atentos porque vamos a entrar en el segundo periodo de transición, de la época seca a la de lluvias. Y el mayor porcentaje a la contaminación es aportado por el parque automotor”, dijo Restrepo.
No se trata de contingencias
Para Emmanuel Ospina, investigador de movilidad sostenible del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de Eafit, la complicada situación que presenta el Valle de Aburrá en relación con la calidad del aire tiene que dejar de tratarse como un asunto de contingencias. “Tenemos un problema de fondo que no se debe al mes del año, ni al modelo de los vehículos. Las estrategias deben servir para entender las causas, no vamos a mejorar la calidad del aire incrementando los controles. Normalizar la
situación y adaptarse es evadir la responsabilidad”, dijo.
Ospina agregó que faltan políticas públicas para cada sector involucrado y que es necesario implementar soluciones funcionales como promover la bicicleta, frenar la construcción de autopistas y liberar los espacios que ocupan carros y motos para dárselos, en primer lugar, a peatones y ciclistas