FRACASAR SIRVE
Era un perfeccionista, me metía en la cabeza que las cosas debían de salir como las tenía pensada inicialmente y luchaba hasta lograr mi objetivo. Si no lo hacía, me ofuscaba, me irritaba conmigo mismo y rechazaba cualquier resultado distinto al que quería obtener. Esto se reflejaba en muchos ámbitos de mi vida, en lo profesional, académico incluso en lo personal. No había lugar al fracaso y mucho menos a no cumplir con la expectativa que tenía de mí mismo o aquel que los demás habían construido de mí.
Supongo que habrá al menos una persona que se relacione con lo anterior. De una manera u otra, aunque quizá para algunos la reacción sea distinta, hay algo en común y es el miedo a fracasar.
Cuando uno se traza una meta, de una manera u otra, se condiciona en su actuar y hacer para orientarse hacia ese fin. En ese camino, uno toma muchas decisiones, se cuestiona constantemente y recibe de su entorno un sinfín de información que servirá o no en la búsqueda de aquel resultado.
Precisamente en ese recorrido, hay algo muy valioso que se desprecia cuando el miedo a fracasar se hace evidente y es la experiencia que se adquiere. En mi caso, se requirió de un cambio súbito en mi ámbito profesional y el acompañamiento de uno de los tantos mentores a los que admiro y sigo, que me hizo caer en cuenta de ello. En sus palabras, “no hay que tener miedo de equivocarse, las cosas pueden salir de una manera distinta a lo que se tenía previsto”. Lo importante, decía él, “es la forma y actitud con la que se aprecie esa realidad y se tomen las lecciones como un aprendizaje que luego se pueda utilizar a favor”.
Tener metas y objetivos claros en nuestras vidas es sin duda importante. Así como manejar una combinación entre el perfeccionismo y la aceptación del fracaso también lo es. Hay que dejar de asociar el fracasar como un resultado de cero ganancias, a veces, en esos momentos de aparente fracaso, de adversidad y mayor decepción es cuando mayor inspiración se logra y la experiencia que se consolida después de ello, te hará crecer como persona y te hará consciente que hay algo mejor a la vuelta de la esquina
Hay que dejar de asociar el fracasar como un resultado de cero ganancias.