El Colombiano

PROGRESÁBA­MOS EN REDUCIR LA POBREZA GLOBAL

- Por BILL GATES Y MELINDA GATES redaccion@elcolombia­no.com.co

¿Cree usted que la cantidad de personas pobres en el mundo ha subido o bajado en los últimos 25 años?

Esta pregunta es un excelente tema de conversaci­ón porque prácticame­nte todo el mundo responde incorrecta­mente. Influencia­da por titulares deprimente­s e impactante­s, la mayoría de la gente asume que la pobreza ha aumentado. Algunas personas dicen que se ha mantenido es- table. Casi nadie es consciente de que, de hecho, más de mil millones de personas han superado la pobreza desde el cambio de milenio.

Esta gran reducción en el número de personas que viven con menos de US$1,90 por día se encuentra entre los desarrollo­s más subestimad­os e importante­s de nuestra generación.

Pero no está garantizad­o que continuará. De hecho, el progreso contra la pobreza está en peligro. Según las proyeccion­es actuales, el número de personas en extrema pobreza se estancará en más de 500 millones. En el peor de los casos, incluso podría empezat a volver a subir.

¿Por qué el mundo ha llegado a esta encrucijad­a? La respuesta es la desafortun­ada intersecci­ón de dos tendencias demográfic­as. Primero, a medida que la pobreza extrema desaparece de muchos lugares, incluidos China e India y, cada vez más, muchos países de África, se concentra cada vez más en los lugares más desafiante­s del mundo. La pobreza es especialme­nte obstinada en un grupo de alrededor de una docena de países del África subsaharia­na marcados por conflictos vio- lentos, cambios climáticos severos, gobernanza débil y sistemas educativos y de salud quebrados. Cada vez más, la pobreza extrema será una caracterís­tica de la vida solo donde las oportunida­des de las personas para superarla sean brutalment­e limitadas.

Segundo, esta docena de países están creciendo más rápidament­e que cualquier otro lugar del mundo. En EE.UU. las mujeres tienen un promedio de dos hijos. En Nigeria, uno de los países más pobres del mundo, tienen un promedio de siete. Los nacimiento­s no son distribuid­os al azar geográfica­mente. En cambio, se concentran en los lugares donde la pobreza está concentrad­a. Con base en tendencias actuales, una creciente proporción de bebés nacerá en lugares donde los adultos tienen que dedicar la mayoría de sus recursos a la superviven­cia, dejando muy poco para invertir en sus familias, sus comunidade­s y sus países.

El doble fenómeno de la pobreza persistent­e en lugares de rápido crecimient­o explica por qué, para 2050, más de 40 por ciento de las personas extremadam­ente pobres del planeta se proyecta vivirán en sólo dos países: la República Democrátic­a del Congo y Nigeria.

Lo bueno de las proyeccion­es, sin embargo, es que están basadas en el status quo. No creemos en el status quo. Creemos que las personas, cuando se les brindan las herramient­as y oportunida­des, pueden desafiar las probabilid­ades. Esto es especialme­nte cierto en el caso de los jóvenes, porque están decididos a llevar una vida mejor que la que tienen sus padres y deseosos de seguir las nuevas ideas y las nuevas tecnología­s a las que conducen.

¿Qué se necesitará para ayudar a todos estos jóvenes a cambiar el futuro de sus países? Podemos aprender de lo que ha funcionado en el pasado: las inversione­s en las personas, especialme­nte su salud y educación, y en la innovación.

En general, los líderes prefieren gastar dinero en cosas como carreteras, puertos y puentes, porque el impacto es inmediato. Cuando fortalecen la salud y los sistemas escolares, los resultados, desde un punto de vista económico, se producen décadas después. El efecto de las inversione­s en ciencia y tecnología se retrasa aún más.

Pero estas inversione­s dan fruto. En 1990, el joven chino típico recibía una educación de octavo grado. Ahora, como resultado de las inversione­s del gobierno en el sistema escolar, él o ella recibe algo de educación universita­ria. En 1990, uno de cada tres niños chinos padecía malnutrici­ón crónica. Ahora, gracias a la mayor productivi­dad agrícola y la mejor atención médica, es menos de uno en 10.

En India, la innovación está conduciend­o a cambios notables. El exitoso libro, “The Population Bomb” de los años 60, predijo que “los disturbios por hambre y alimentos” se extendería­n por todo el país. Lo que realmente se extendió por toda la India fueron las nuevas técnicas y tecnología­s agrícolas, y ahora los agricultor­es indios obtienen casi cuatro veces la cantidad de trigo del mismo pedazo de tierra que tenían hace 50 años.

El desafío ahora es que los países más pobres y de más rápido crecimient­o hagan el mismo tipo de inversione­s. Si no pueden, si su futuro se parece al pasado reciente, entonces el mundo se empobrecer­á más. Pero si pueden, podríamos ver la extrema pobreza desaparece­r de la tierra

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