DE YUVAL HARARI, PARA COMPRENDER EL MUNDO
En la última respuesta a la extensa y pertinente entrevista para El COLOMBIANO de ayer domingo, el presidente Duque nos despertó a los lectores el interés en leer un libro que está marcando la pauta en el universo actual de las ideas. “21 lecciones para el Siglo XXI”, del historiador israelí Yuval Noah Harari (Edit.Debate), debe estar a punto de llegar a las librerías colombianas. Del autor se conocen “Sapiens” y “Homo Deus”.
Del primer libro hay anticipos en los diarios y revistas culturales europeos, como el capítulo sobre la posverdad infinita, en el que les hace una franca interpelación a los científicos, extensiva a los académicos e investigadores, para que no sigan apoyando el estado de cosas con su silencio. Harari nació en 1976 y ha sido profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Esta es una llamada de aten- ción muy oportuna y elocuente de Harari: “Los científicos, por su parte, deben implicarse mucho más en los debates públicos actuales. No han de tener miedo de hacer oír su voz cuando el debate cae dentro de su campo de conocimiento, ya sea este la medicina o la historia. El silencio no es neutralidad: es apoyar el statu quo”.
Es una crítica al ensimismamiento infructuoso y al teoricismo estéril. Lo dice así: “Desde luego, es muy importante seguir haciendo investigación académica y publicar los resultados en revistas científicas que solo leen algunos expertos. Pero es igual de importante comunicar las últimas teorías científicas al público general mediante libros de divulgación científica, e incluso mediante el uso hábil de arte y ficción”.
Traduzco: Por revistas científicas que sólo leen algunos expertos pueden tomarse las que desmotivan a los autores porque exageran en el seguimiento de las condiciones a veces absurdas de la indexación. Circulan en ediciones restringidas. Y muchas veces publican escritos indescifrables, concebidos y elaborados en lenguaje que sólo les llega a unos cuantos lectores presuntuosos. Harari defiende la claridad (Ortega decía que es la cortesía del filósofo), que puede ayudarle a la gente a identificar lo que hay en el pandemonio de “una terrible era de posverdad, cuando no sólo incidentes particulares concretos, sino historias y naciones enteras pueden falsificarse”.
Al leer, ver y escuchar las entrevistas y los conceptos que ha expresado Harari en diferentes medios puede inferirse que está invitando a dar una suerte de giro copernicano en el estudio y la explicación de los fenómenos de nuestro tiempo, a cambiar de mentalidad e influir en la facilitación del acceso de la gente común y corriente a la interpretación de los cambios trascendentales en el complejísimo panorama global. Gran responsabilidad para comentaristas, periodistas y politólogos. Al presidente Iván Duque se le reconoce esta valiosa recomendación de lectura
Esta es una llamada de atención muy oportuna y elocuente de Harari: “Los científicos, por su parte, deben implicarse mucho más en los debates públicos actuales...”.