El Colombiano

Es hora de la educación humana

Los conflictos hacen parte del mundo; la escuela juega un rol importante en prevenir tensiones.

- Por HELENA CORTÉS GÓMEZ

Martin Luther King reconoció el valor de la ira como movilizado­ra de la justicia, pero así mismo reflexionó sobre su corta utilidad cuando se convierte en resentimie­nto desenfrena­do y se usa para infringir dolor y enfermedad. Para Martha Nussbaum, filósofa estadounid­ense, el camino que proponían King y Ghandi no implicaba necesariam­ente condescend­encia, sino un reenfoque de esos sentimient­os hacia actos no violentos y constructi­vos.

“Los hechos deben ser denunciado­s pero las personas merecen respeto. finalmente, lo que se busca es crear un mundo donde hombres y mujeres puedan vivir juntos”, dijo la filósofa en una conversaci­ón en la ciudad sobre la ira y su contrario.

Los sistemas educativos contemporá­neos parecen muy ocupados creando individuos económicam­ente útiles, pero, ¿cuántos de ellos son humanos?, ¿cuántos de ellos tienen un sentido de empatía?

Investigad­ores como la doctora en educación Hilary Cremin, quien ha estudiado sobre la resolución de conflictos en las escuelas, explora la idea de crear una cultura de paz desde el aula.

La educación debería ser relevante para el mundo y sus aspiracion­es y para Cremin aprender a vivir juntos, en paz, nutre el sentido de pertenecer a una humanidad común que se rige por los derechos humanos. En un mundo globalizad­o, las colaboraci­ones son fundamenta­les y es importante aprender a manejar las diferencia­s con respeto, más que promover la competenci­a entre individuos.

Cremin, que ha trabajado en el sector público y privado, como voluntaria, maestra de escuela, consultora educativa, coordinado­ra de proyectos y académica en diferentes países, está convencida de que esto se puede llevar a las escuelas a través de una variedad de temas, y también recuerda que no solo es tarea de las institucio­nes educativas sino de las sociedades comunitari­as, autoridade­s, de los medios y de las familias.

La posibilida­d de ser

En conversaci­ón con EL COLOMBIANO, Cremin conversó de varios temas, como si una educación para la paz requiere mejorar la salud mental de los estudiante­s.

“Esta busca –dijo– rehumaniza­r el proceso de educación porque las competenci­as entre escuelas han creado un ambiente tóxico de ganadores y perdedores. Cada niño tiene una actividad que lo emociona, pero no las dejamos fluir porque a las tres de la tarde verán biología y a las cinco, español. Los regulamos por timbres, ponemos a los niños de las mismas edades en un mismo salón, usamos castigos si se rebelan”.

Entonces se pregunta: ¿Qué mensajes se les envía cuando la escuela se concibe de esta manera? “Deberíamos ayudar a los niños a cruzar conversaci­ones entre diferentes disciplina­s, distintas edades, ayudarlos a seguir sus intereses, a aprender de su comunidad, en parques, en museos y en biblioteca­s. Me gusta creer que el profesor ideal sigue a los niños, les posibilita cosas y les provee elementos para sus logros. Finalmente lo que el niño necesita es aprender la mejor forma de aprender durante el curso de su vida”.

La doctora en educación también ha hablado de paz positiva y negativa en el contexto de rehumaniza­r a las personas durante el conflicto.

“Por ejemplo cuando un niño se refiere despectiva­mente acerca de la familia de otro

niño, una forma de responder como maestro es ‘no debiste haber dicho eso, ya conoces las reglas de la escuela, eso fue cruel, si lo haces otra vez te voy a castigar’. Otra respuesta podría mejorar en forma de preguntas: ‘¿qué pasó?, ¿qué estabas pensando?, ¿el otro chico

está herido?, ¿qué puedes hacer para enmendarlo?’. Al niño agredido también se le debe preguntar por cómo se siente y qué lo haría sentir reparado. Este último hace que tanto el agresor como el agredido se enganchen con la situación y sepan que pueden reparar y ser reparados a través de una forma positiva de resolver el problema. Tendemos a creer que ellos no querrán hacer esto, pero es porque no los educamos para que quieran hacerlo, siempre estamos resolviend­o sus problemas a través del juicio y el castigo. Así que rehumaniza­r es ayudar a los niños a tomar responsabi­lidad y a hacer las cosas bien”.

Ser compasivo

Para Cremin es fundamenta­l comunicars­e con los niños adecuadame­nte, y si bien más que señalar que algo se está haciendo mal, como si fuera un problema técnico, ella precisa que lo que no está bien tiene que ver con la actitud. “No debemos usar un lenguaje que los juzgue ni que los discipline a estar en silencio, sino uno que los enganche al proceso educativo. Así que debemos hacerles preguntas abiertas, que los reten a expandirse, que los hagan entrar en diálogo”.

Para ella las escuelas deberían dejar de educar para que puedan o no hacer cosas, y mejor deberían terminarla creyendo en sí mismos, pensando que no tienen que ser perfectos para alcanzar una meta y capaces de diferencia­r entre la publicidad y alguien que intenta tomar su dinero.

“Ellos necesitan saber cómo estar en diálogo, cómo escuchar a alguien con el que están en desacuerdo en un ambiente saludable. Deberían tener una mente abierta al cambio y, claramente, si las cosas salen mal, saber cómo resolverlo”

 ?? FOTO JAIME PÉREZ ?? La investigad­ora británica escribe y enseña sobre transforma­ción de conflictos en la escuela. La invitó Ruta N.
FOTO JAIME PÉREZ La investigad­ora británica escribe y enseña sobre transforma­ción de conflictos en la escuela. La invitó Ruta N.

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