Los Olímpicos que una vez soñó realizar Medellín
La plataforma de nuevas promesas se esfumó de entre las manos de los colombianos que hoy añoran las justas que se llevó Argentina.
Cada cuatro años, el espíritu olímpico florece con una nueva edición de los Olímpicos de la Juventud, la competencia multideportiva más importante para jóvenes en el mundo.
Las justas juveniles, que se realizaron por primera vez en 2010 en Singapur, tienen lugar alternadamente cada cuatro años, al igual que los Olímpicos tradicionales. La segunda edición tuvo por sede a Nankín, China, en 2014.
Este año se celebrará el tercer capítulo y su sede estuvo a escasos votos de quedar en Medellín, ciudad que llegó hasta la última instancia como candidata, al lado de otra latinoamericana: Buenos Aires, Argentina que, finalmente, contó con la aprobación de los dignatarios del Comité Olímpico Internacional, en Lausana, cinco años atrás.
Fue sorpresiva, incluso para la delegación argentina, la elección de Buenos Aires como sede, cuenta David Mora, director del Inder en esa época, pues la capital antioqueña era la gran favorita.
“Teníamos buenas sensaciones porque la candidatura fue cero improvisada, todo estaba muy bien planeado porque, además, la ciudad venía de ser sede de los Juegos Suramericanos 2010 y con esa experiencia, la Alcaldía y el Gobierno nacional vieron la oportunidad de apostarle a un evento de grandes proporciones. Ya se tenía la infraestructura, el conocimiento y eso nos daba cierta ventaja”.
El 4 de julio de 2013, en la ciudad suiza, los 115 miembros votantes del COI conocieron los detalles de cada una de las candidaturas de las tres ciudades finalistas. Glasgow se “coló” entre Buenos Aires y Medellín. Previamente también estuvieron inscritas Guadalajara y Rotterdam.
Sin embargo, nada pudieron hacer Aníbal Gaviria, alcalde de la ciudad; Juan Manuel Santos, presidente de Colombia; Andrés Botero, director de Coldeportes; Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano y las medallistas olímpicas Mariana Pajón y Catherine Ibargüen, integrantes de la delegación nacional.
“Hasta el día anterior a la elección, íbamos ganando sobrados. El Comité Olímpico se sorprendió cuando perdimos, porque querían que la sede fuera Medellín ya que reunía todas las condiciones: una ciudad intermedia, con una historia de recuperación social modelo para el mundo. Era perfecta para ellos, nos lo decían, siempre nos sentimos
respaldados, pero faltaron los votos”, comenta Botero.
En la decisión final los votos siempre favorecieron a la capital argentina. En la primera vuelta, 40 contra 32 de Medellín, dejando a Glasgow eliminada con 13. En la segunda ronda, 9 de esos votos británicos fueron para la ciudad porteña, mientras que 3 respaldaron la opción antioqueña.
Ese día, solo 88 miembros votaron. A Medellín le faltaron 6 miembros para tener la sede juvenil (hubiera llegado a 45 votos por 43 de Buenos Aires).
En el Centro de Convenciones no se escuchó un solo aplauso. Los argentinos gritaron y los paisas lloraron. Se había esfumado el sueño Olímpico, añorado hoy