DIVIDE Y VENCERÁS
Como venezolano radicado en Colombia hace más de seis años, siento el deber de alzar la voz ante la situación que viven mis dos países. Siempre he mencionado que el desastre venezolano tiene como razón primera una estrategia militar y que es a causa de esta que se desprende todo lo demás: divide y vencerás. En la “Venezuela de antier” escucho las historias de la amabilidad, cordialidad y alegría que tanto caracterizaba al venezolano; hoy, como podemos ver en todos los medios de comunicación, estos rasgos propios de mi cultura no son más que un memento. La Revolución Bolivariana, más allá de dictar una ideología política, destruir la maquinaria industrial y crear mafias y milicias con el objetivo único de atemorizar, fracturó la sociedad de una manera irreconciliable. En Venezue- la se odian los ricos y los pobres, los blancos y los negros, los chavistas y los opositores, el que hace la cola del banco y la cajera y así sucesivamente. Los últimos acontecimientos en la frontera son otra táctica de esta misma estrategia: crear odio entre colombianos y venezolanos. Lo su- cedido en estos días me recuerda al popular dicho “se necesitan dos para bailar un tango”, ya que estoy seguro que bajo un liderazgo fuerte, claro y preciso por parte del gobierno colombiano, Maduro y sus secuaces no se hubiesen atrevido jamás a actuar de esta manera