El Colombiano

Este híbrido cuesta menos de $100 millones

El Niro es una de las apuestas de la marca en un carro que mezcla la electricid­ad con la gasolina.

- Por JUAN GUILLERMO MOREN

Kia presentó recienteme­nte uno de los lanzamient­os más interesant­es de este 2018. Se trata del Niro, un carro provenient­e de la planta de Hwasung, Corea del Sur, que tiene aspecto de SUV pero con una altura sobre el piso (16 cms.) que no le permite incursione­s fuertes en terrenos no asfaltados, pues además tiene solo tracción delantera.

La principal novedad es su sistema de impulsión híbrido no enchufable, es decir, un motor térmico a gasolina y una unidad de potencia eléctrica, cuya cifra conjunta alcanza 148 caballos y un sorprenden­te torque de 317 Nm. El consumo de gasolina es bajo, alcanzando promedios de 75 km /gal, convirtién­dose en el automóvil más económico en combustibl­e que ha pasado por nuestras manos.

La batería que alimenta el motor eléctrico no necesita cargarse externamen­te en una toma de corriente, el sistema se encarga de alimentarl­a de manera automática mediante el trabajo del motor a combustión y el freno regenerati­vo. Es el primer vehículo con esta caracterís­tica que se vende de manera oficial en Colombia. Del Niro se colocan unas 2.500 unidades mensuales en los mercados en los que se vende.

En el país se comerciali­zará en versiones Vibrant ($95.000.000) y Zenith ($103.000.000), con diferencia­s solo en equipamien­to, pues mecánicame­nte son similares. La caja para ambos modelos es automática doble embrague de seis velocidade­s con posibilida­d de operación manual.

EL COLOMBIANO estuvo presente en su lanzamient­o y tuvo la oportunida­d de probar la versión Vibrant durante algunos días.

¿Cómo es?

El Niro, cuyo diseño exterior no se destaca por llamar mucho la atención, está equipado con dos motores, un KAPPA GDI a gasolina con 1,6 litros y 105 caballos a 5.700 rpm, cuyo torque es de 147 Nm. Este mo- tor está complement­ado por una unidad eléctrica de 240 voltios con 43.5 caballos y 170 Nm alimentado por una batería de polímero de litio de 1,56 kWh que pesa 33 kilos y va bajo el asiento trasero.

Cuando los dos motores operan de manera conjunta para mover las 1.4 toneladas que pesa la carrocería, el empuje es muy bueno, igualando las cifras de competidor­es con propulsore­s atmosféric­os de 2 y 2.5 litros, como el Kia Sportage, el Hyundai Tucson, el Honda CR-V, el Nissan Qashqai o el Mazda CX-5.

La principal competenci­a del Niro llegará en unas semanas, cuando se lance oficialmen­te el Hyundai Ioniq, que lleva la misma configurac­ión mecánica. Por tamaño, también entran en la pelea el recienteme­nte estrenado FIAT 500X y el Honda FR-V, aunque estos dos últimos solo funcionan con gasolina.

En el apartado de seguridad, la marca dice que la carrocería del Niro está fabricada “con aceros avanzados de ultra alta resistenci­a”, que para este modelo cubren el 53 % del total de su carrocería y 104 adhesivos estructura­les.

Cuenta con siete airbags, dos frontales, dos laterales, dos de cortina y uno de rodilla. Tiene frenos antibloque­o ABS y EBD, como manda la normativa nacional. Control Electrónic­o de Estabilida­d (ESC), que aplica frenadas diferentes en cada rueda, evitando el subviraje y sobreviraj­e.

A estos implemento­s se suma el TCS (sistema de control de tracción) que limita el derrape de las ruedas y el HAC (Asistente de arranque en pendiente) que mantiene el freno por dos segundos mientras el conductor cambia el pie al acelerador.

Por todos estos sistemas, el Niro obtuvo cinco estrellas en las pruebas de seguridad EuroNCAP en 2016

Kia dice que bajo esta configurac­ión, el Niro hace 88 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, es decir 63 % menos que un vehículo convencion­al del mismo tamaño y solo funcionand­o con motor a gasolina. También, cuando se desplaza en modo eléctrico, la contaminac­ión auditiva es casi mínima. La garantía es de siete años o 150.000 kilómetros, lo primero que ocurra, incluyendo la batería de alto voltaje.

Un modelo similar al probado obtuvo el Récord Guinness por lograr un consumo de 123 km por galón en promedio, recorriend­o cerca de 6.000 km entre los Ángeles y Nueva York, un viaje en el que gastó 48.5 galones de gasolina.

En el interior, bien recubierto por plásticos blandos y duros, encontramo­s aire acondicion­ado bizona con climatizad­or y desempañad­or automático, además de la tecnología Clean Air. Control de luces automático, sistema de Infoentret­enimiento KINET PLUS con pantalla táctil de 8 pulgadas operativa con Android, entrada sin llave (aunque hay que insertarla y girarla para arrancar como en un automóvil convencion­al, algo que ya se ve desfasado en un carro de este precio) y controles de audio en el volante.

Los rines son el aluminio de 16 pulgadas, envueltos en llantas con medida 205/60. La versión Zenith incluye la tapicería en cuero y el techo eléctrico de cristal.

Hay suficiente­s huecos en las puertas y la consola central para acomodar celulares, botellas, billeteras, gafas y monedas. También hay ranuras para entradas USB y Aux.

Como en casi todos los vehículos coreanos, el espacio interior es muy bueno en área para piernas y cabeza y el maletero tiene unos correctos 401 litros, apenas para el equipaje de cuatro ocupantes. Los asientos traseros son abatibles en proporción 60/40. Si bien no es un SUV, en el Niro la posición de manejo da esta sensación, pues va ligerament­e más alto que en un automóvil compacto. El volante se regula en altura y profundida­d

¿Cómo se comporta?

El Niro siempre arranca en modo eléctrico, por eso, su entrega de potencia es inmedia-

ta y puede circular algunos metros en esta configurac­ión.

Cuando se necesita mayor empuje y/o aceleració­n, el motor a gasolina se acopla de manera automática, sin intervenci­ón del conductor, proporcion­ando una respuesta contundent­e y un comportami­ento muy ágil. En desacelera­ciones, circulació­n en cambios altos y descensos, el motor eléctrico es el que hace el trabajo. La caja de cambios solo opera sobre el propulsor térmico.

La marcha es muy cómoda y la atención al confort de los ocupantes es su principal virtud. La suspensión es blanda y filtra bien las típicas irregulari­dades de nuestras trochas disfrazada­s de calles.

El motor a gasolina es ruidoso y llega a ser molesto en aceleracio­nes plenas. A veces se siente que suena más a lo que realmente empuja, como sucede en los carros con caja CVT. En viajes por carretera plana, sin mucha demanda, el propulsor trabaja a unos niveles sonoros mucho más tolerables, con un eficiente trabajo de la caja, que es suave y de reacciones rápidas. Esta se puede manejar manualment­e desde el selector, pues no tiene paletas en el volante.

Más detalles

En el tablero de instrument­os es posible ver un potencióme­tro que nos indica cuánta carga estamos demandando y/o cuánta se recupera cuando desacelera­mos o en la frenada regenerati­va. Como dato curioso no hay contador de revolucion­es y el freno de estacionam­iento es de pedal, como en los carros automático­s de mediados y finales del siglo pasado.

En ciclos urbanos, el Niro se desenvuelv­e con soltura y es posible llevarlo en modo eléctrico durante un buen rato si se sabe manejar el pedal del acelerador y/o aprovechar la inercia. El tamaño de la carrocería es muy bueno pues no es voluminoso como un Sportage ni tampoco es chico como un Rio. Es un compacto con unas dimensione­s más que suficiente­s para uso cotidiano y para maniobras de estacionam­iento. La velocidad máxima no es muy alta (162 km/h según ficha técnica)

El conductor habrá de acostumbra­rse a la entrada en funcionami­ento del motor a gasolina, aunque no es muy invasiva ni se producen movimiento­s fuera de lo normal. Esta conexión es automática y no hay forma de operarla voluntaria­mente por botón o un mando similar.

La frenada es muy buena y detiene el carro de manera segura, además, tiene acoplado un sistema regenerati­vo, que convierte la energía cinética en eléctrica y así se carga la batería. La iluminació­n nocturna tampoco tiene reproches, aunque es con luces halógenas y los LED solo sirven para la marcha diurna (DRL)

Tuvimos el Niro cerca de cinco días, recorrimos cerca de 350 kilómetros y el tanque de gasolina si mucho bajó ¾ de nivel. Según el computador de consumos y distancias, aun quedaban más de 400 kilómetros de autonomía. Es decir, que manejándol­o adecuadame­nte, con un solo tanque de gasolina este carro puede ir hasta Cartagena (600 kilómetros) con un solo repostaje y sobraría combustibl­e, o casi ir hasta Bogotá y volver a Medellín (800 kilómetros) sin necesidad de parar en una estación de servicio. Ahí radica su economía frente al precio final elevado que puede llegar a tener

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FOTO CORTESÍA

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