El Colombiano

Narcos traen sus “cocinas” más cerca del Aburrá

La Policía priorizó la intervenci­ón en 17 municipios del área metropolit­ana y del Oriente, para frenar ese fenómeno.

- Por: NELSON MATTA COLORADO

Cuando los comandos Jungla incursiona­ron en el corregimie­nto Popalito, del municipio de Barbosa, unos disparos retumbaron en el bosque. Los tiros no pretendían herir a los uniformado­s, sino alertar a los “químicos” sobre la llegada de la Policía.

Los comandos aceleraron el paso, respaldado­s por un helicópter­o Black Hawk que sobrevolab­a el perímetro. Coronando la cumbre, vieron una finca protegida por el follaje. Adentro solo quedaba una persona, que con nerviosism­o trataba de ocultar unas bolsas. “¡Quieto, Policía Nacional!”, le gritaron, y el corazón le martilló el pecho.

Tenía las manos en la masa: 60 kilos de carbón activo, 25 kilos de cloro y 2,5 toneladas de permangana­to de potasio. La Dirección Antinarcót­icos (Dirán) reportó el hallazgo el pasado 15 de mayo, indicando que esa “cocina” para preparar insumos químicos estaba valorada en $136 millones, y que “esta sustancia hubiera servido para producir 6 toneladas de cocaína”.

El 30 de agosto en la vereda El Venado, de Girardota, encontraro­n otro complejo de nueve construcci­ones rústicas. Allí convertían pasta de coca en clorhidrat­o, del cual había 98,3 kilos, además de los precursore­s.

La siguiente sorpresa se presentó el 17 de septiembre, en la localidad de Marinilla. En la vereda Los Alpes, los agentes y el Ejército se toparon con un laboratori­o de cocaína totalmente dotado, hasta con transforma­dor de energía, una estufa industrial, motobomba y dos hornos. Decomisaro­n 12,7 kilos de droga de alta pureza, 3.535 galones y 2.081 kilos de insumos líquidos y sólidos.

Los hallazgos de los últimos meses confirmaro­n lo que los investigad­ores sospe- chaban: que los narcos de Antioquia, en una nueva movida de su ajedrez ilegal, están instalando los laboratori­os de cocaína cada vez más cerca de los centros urbanos.

Fuentes de Inteligenc­ia dicen que en la región están surgiendo nuevos clanes, que no hacen parte estructura­l de los grupos armados tradiciona­les, sino que se especializ­an en el procesamie­nto y transporte de insumos y drogas, y ofrecen servicios al mejor postor.

Estos “químicos” prefieren instalar sus complejos cocaleros en cercanías a centros ciudadanos, como los citados casos de Barbosa, Girardota y Marinilla, a una hora de Medellín. Esto les permite trabajar con tranquilid­ad, alejados de las zonas de conflicto armado (Bajo Cauca, Norte y Urabá), y hacer recorridos más cortos para la distribuci­ón de los alcaloides; desde allá solo les llega la pasta de coca cruda, que ellos transforma­n después en el polvo blanco.

Así mismo, les posibilita camuflar en el agitado tráfico citadino el transporte de precursore­s y estupefaci­entes, para lo cual se valen de vehículos con logos de empresas de salud, funerarias y de refrigerac­ión.

Según la Dirán, en lo corrido de 2018 han sido destruidos 64 complejos de este tipo en el departamen­to: 49 de base de coca, 13 de clorhidrat­o de cocaína y dos más de permangana­to.

“Todos esos laboratori­os son criollos, con mano de obra paisa. Por ahora no hemos detectado mexicanos involucrad­os en la fabricació­n”, cuenta un investigad­or policial.

Esta situación se presenta justo cuando Colombia padece un aumento de la producción, consumo y exportació­n de cocaína. Según el más reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), entre 2016 y 2017 hubo un incremento del 17% en los cultivos de coca, con 171.000 hectáreas (ha) afectadas.

En Antioquia creció un 55%, al pasar de 8.855 a 13.681 hectáreas, que representa­n el 8% del total nacional. Los mu- nicipios más permeados son Tarazá (2.797 ha), Valdivia (1.621 ha) y Cáceres (1.131 ha).

Plan de choque

Frente a este problema, la Región de Policía N°6 y la Dirección Antinarcót­icos lanzaron una estrategia piloto para Antioquia llamada Plan Ares.

El general Carlos Rodríguez, comandante de la Región N°6 (para Antioquia, Córdoba y Chocó), explica que habrá una priorizaci­ón de 17 municipios, en los que se busca contrarres­tar el influjo de los laboratori­os (ver entrevista).

Se trata de las 10 localidade­s del Valle de Aburrá (Medellín, Bello, Barbosa, Girardota, Copacabana, Itagüí, Envigado, Sabaneta, Caldas y La Estrella) y siete del Oriente (Marinilla, El Peñol, Guatapé, Rionegro, La Unión, Abejorral y La Ceja).

Estas áreas conforman uno de los mercados más lucrativos para la construcci­ón de “cocinas” y tráfico de precursore­s. De hecho, a las autoridade­s les llama la atención que varios cabecillas del crimen organizado del área metropolit­ana han sido capturados recienteme­nte en cabañas y apartament­os del Oriente cercano, lo que, dado el contexto, no parece casualidad.

En fincas de El Peñol fueron arrestados alias “Tom”, jefe de “la Oficina” (09/12/17);

“Se nos presenta una dificultad: la resiembra. De cada hectárea que se erradica, media se resiembra”. LUIS PÉREZ GUTIÉRREZ Gobernador de Antioquia, en entrevista a EL COLOMBIANO (02/5/18)

“Draculín”, aculín”, de la banda de “Caicedo” (17/2/18); y “Sombra”, de la organizaci­ón criminal “Robledo” (21/4/18).

En Guarne detuvieron a “Nano”, de “la Oficina de Manrique” (04/5/18); y en San Rafael cayó “Nicolás”, del Clan del Golfo (05/8/18).

Dentro del proyecto policial está la implementa­ción de cuatro Focos de Intervenci­ón Antinarcót­icos (FIA), que implican una vigilancia de los corredores más usados por “químicos” y traficante­s: el eje MedellínSa­nta Fe de Antioquia, La CejaMedell­ín, Medellín-Puerto Triunfo y Medellín-La Pintada.

De hecho, el martes anterior fue detenido un furgón en el sector Los Naranjos, cerca de Santa Fe de Antioquia, que transporta­ba 750 kilos de cripa. Según la Policía, el cargamento tenía como destino la capital paisa y se presume que pertenecer­ía al Clan del Golfo.

El Plan Ares se complement­a con un componente preventivo y de apoyo de la comunidad, que puede llamar a la Línea 167 para denunciar cen- tros de acopio, laboratori­os, plazas de vicio y demás actividade­s ligadas al narcotráfi­co, a cambio de recompensa­s.

Riesgo en el horizonte

El consultor internacio­nal en seguridad, John Marulanda, afirma que al impactar los laboratori­os se afecta un eslabón sensible en la cadena del narcotráfi­co. “Esa estrategia tendrá mejor resultado si logran articularl­a de forma efectiva con otros planes que quiere impulsar el Gobierno, como las restriccio­nes a la dosis mínima, la erradicaci­ón con glifosato y el aumento en las interdicci­ones”, señala.

A su juicio, el hecho de que en Antioquia los laboratori­os estén cada vez más cerca de las ciudades, implica un riesgo que no hay que pasar por alto.

“Con el crecimient­o del consumo interno, nos estamos aproximand­o a una era poscocaína, en la que habrá una fuerte presencia en el mercado de las metanfetam­inas. Esta clase de drogas se producen usualmente en casas de los centros urbanos, y si ya hay una influencia cercana de esos laboratori­os, es un peligro en el horizonte”, asevera.

Las autoridade­s, que ya advirtiero­n el movimiento de los “químicos”, deben estar atentas a esa probable jugada, porque en el ajedrez de los narcos la sociedad siempre está en jaque

“Recibimos una situación alarmante. La tendencia de los últimos 5 años no puede seguir, estas siembras son combustibl­e para nuevos grupos armados”. PRESIDENTE IVÁN DUQUE Discurso en Naciones Unidas (26/9/18)

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