EL TREN SE PROYECTÓ DESDE LOS 50
El proyecto de un tren metropolitano en el Valle de Aburrá se gestó desde la década del 50, cuando empezó un plan municipal para adquirir predios en la cuenca del río Medellín. La oficina de Planeación estructuró en 1963 la “Espina dorsal” de la movilidad futura de la región, en la cual estaba incluido un sistema metro dentro de un corredor multimodal, que también previó retiros para los ferrocarriles nacionales. En 1971, la administración contrató un estudio de transporte metropolitano, que analizara crecimiento y demanda, ese fue el punto de partida para la Empresa de Transporte Masivo que nació ocho años después.
pasar de un lugar a otro. La ciudad también tenía problemas para atención en salud, por eso tuvimos la necesidad de crear unidades intermedias que fueran un paso de fácil de curación”, sintetiza Valencia.
Medellín, antes de entrar en las dos décadas más oscuras de su historia, tenía 1,2 millones de habitantes (la mitad de la población actual), aún no existía la Alpujarra (empezó a construirse en 1983) y apenas empezaban las obras del aeropuerto José María Córdova.
“No teníamos los problemas de seguridad de épocas posteriores. Hoy recuerdo con nostalgia y sorpresa que salía a la calle con los secretarios de despacho, sin ningún guardaespaldas, como cualquier parroquiano”, anotó.
Oposición en Bogotá
Según los estudios elaborados por la firma Mol, Hav y Anderson de Gran Bretaña en los años 70, el tren metropolitano costaría de 8.000 a 10.000 millones de pesos (unos 200 millones de dólares).
“Cuando propusimos la idea tuvimos mucha oposición política en Bogotá, no entendían porqué en Medellín iba a construirse un metro y no en la capital”, relata.
Valencia dice que llevó la propuesta de financiación por mitades (50 %, Medellín y Antioquia; y 50 % la Nación), pero fue criticado, hasta con editoriales de periódicos nacionales, por su “audacia, decían que siempre los antioqueños éramos veloces con la cabeza para los negocios”.
Esa propuesta, que Valencia radicó ante el Gobierno Nacional, fue la semilla de la denominada Ley de Metros (la 86 de 1989), que estableció después las reglas de financiación de los sistemas masivos de transporte en Colombia.
“Para mi gran satisfacción, años después se aprobó esa ley. A medida que crecen las ciudades también lo deben hacer los sistemas de transporte porque las soluciones de movilidad son definitivas para que la ciudad pueda desarrollarse debidamente, pero ese