No más problemas, se informan soluciones
Tina Rosenberg, ganadora del Pulitzer, habló de este enfoque, que toma fuerza en salas de redacción y facultades de periodismo.
Si un medio de comunicación le cuenta el problema y no le dice cómo arreglarlo, todavía le falta camino por recorrer: una milla extra para mostrar que ante una encrucijada, por más grande que parezca –por ejemplo, la corrupción– siempre hay alternativas.
Eso aseguran las periodistas Tina Rosenberg y Liza Gross. Entonces la historia queda incompleta y la audiencia no se fideliza de la misma manera como lo haría al encontrar en un contenido respuestas a sus inconvenientes.
Rosenberg, que estuvo de visita en Medellín por el Festi- val Gabo, vino a hablar de eso con Gross: lo llaman periodismo de soluciones y señalan que los medios se están volcando hacia él. También ya es una asignatura usual en las facultades de periodismo de Estados Unidos y está tomando fuerza entre quienes enseñan este oficio en Latinoamérica. ¿Por qué es tan bueno? Hablamos con Tina:
¿Cómo lo definiría?
“Normalmente los periodistas definen cubrir lo que no está funcionando en la sociedad y este periodismo le suma a eso el registro de cómo la gente les está dando solución a esos problemas”.
¿Y qué no es?
“No son recomendaciones hechas por el periodista sobre cómo se debe arreglar algo. Tampoco son consejos al lector de cómo hacer parte de la solución; no es activismo o relaciones públicas”.
¿Quiénes sigue los contenidos de este periodismo?
“Cualquier persona que está harta de leer solo de problemas, ese es el 100 %. Una de las razones por las que alguien deja de leer noticias es porque son negativas, no quiere saber únicamente lo que se está haciendo mal, sino conocer cómo van a arreglarlo”.
¿Esto es susceptible a cualquier fuente que se cubra?
“Tienen que ser sobre temas que son compartidos por muchas personas y que muchos han intentado solucionarlos. Puede ser salud, violencia, dere- chos humanos, educación, pero no es apto para las ( breaking news) noticias de última hora”.
¿Hay formatos que permitan un mejor desarrollo?
“Nuestra ONG Solutions Journalism Network ha trabajado con 175 medios entre periódicos y noticieros en Estados Unidos y nos estamos expandiendo a otros países. Una historia de solución no se escribe en dos horas ni con 200
palabras, o en un minuto en un noticiero. Hay que tener recursos de tiempo y espacio para hacerlo. El requisito es contar con el lujo de hacerlo con tiempo”.
¿Se podría confundir con el periodismo de servicio?
“El de soluciones hace un servicio que está marcado entre los límites tradicionales del periodismo: cubrir las noticias. Sin embargo, no es un consejo directo”.
¿Por qué los medios de comunicación deberían ponerlo en práctica?
“Si contamos solo un problema no estamos dando la historia completa. Por ejemplo, con el ébola, mucha gente sabía sobre él, ¿pero cuántos conocían la vacuna que es 100 % efectiva? Si no cubrimos todo no le estamos sirviendo a la audiencia. También le da más impacto al periodismo y es una manera de construir confianza. Muchos no confían en la prensa porque no se sienten reflejados en ella”.
Hay descrédito de este oficio por fenómenos como las noticias falsas. ¿Se puede devolver la confianza con este periodismo?
“Sí la gente se refleja en los contenidos, es una manera”.
¿Es una reinvención, una evolución del periodismo, o siempre ha existido?
“No lo inventamos. Creo que le pusimos nombre, definimos herramientas para hacerlo y retamos a los periodistas a realizarlo”.
¿Se hace en el día a día?
“No es lo que van a empezar esta mañana para el periódico de la noche. Depende también del tema. Hay que aprender a
gestionar los recursos, contar historias que agreguen valor; es mejor hacer una buena historia que se demore en salir tres días, que tres malas durante el mismo”