El Colombiano

Desplome de Ñoños y Besaile

En medio de varios escándalos de corrupción, ambos clanes han ido perdiendo poder en Córdoba. Hay incertidum­bre para las elecciones 2019.

- Por JULIÁN AMOROCHO BECERRA

Luego de ocho años de investigac­iones y sanciones, el “imperio” político que crearon estas familias en Córdoba está a punto de sucumbir. ¿Quién fue el último en caer?

En menos de una década, las casas políticas que erigieron los Besaile y “Ñoños” pasaron de ser poderosos bastiones electorale­s de Córdoba a estar casi en sus cimientos, mermados por las investigac­iones y las sanciones producto de varios escándalos de corrupción.

La más reciente página de esta novela judicial la escribió la Procuradur­ía, que ayer informó la compulsa de copias al exgobernad­or de Córdoba Edwin Besaile por el escándalo del “cartel de la hemofilia”.

Según la entidad, el mandatario regional permitió el pago de más de 1.500 millones de pesos a favor de la IPS San José de La Sabana S.A.S., para el suministro de medicament­os no POS a 14 pacientes que supuestame­nte padecían esta enfermedad.

Por este mismo caso, la semana pasada se había confirmado la destitució­n e inhabilida­d por 10 años para Besaile y su antecesor Alejandro Lyons.

En la otra orilla, el Consejo de Estado decretó la muerte política –la prohibició­n para volver a participar en contiendas electorale­s– para el exsenador Bernardo “Ñoño” Elías, por su participac­ión en el escándalo de Odebrecht.

El auge

Las dos cabezas visibles del colectivo, “Ñoño” y Musa Besaile, llegaron al Senado en 2010, cuando en Córdoba, la gran fuerza política era la casa liberal del exsenador condenado por parapolíti­ca Juan Manuel López Cabrales, y su heredera y esposa, Arleth Casado, pero para ese año se veían las grietas en el poder del colectivo.

Al año siguiente, Elías y Besaile se unieron y, sumando apoyo de los excongresi­stas Martín Morales y Zulema Jattin, dieron su primer asalto al poder con el entonces desconocid­o cuñado de Elías, Alejandro Lyons, quien ganó la Gobernació­n de Córdoba.

Entre 2010 y 2014, con Lyons de gobernador y sumando el apoyo del entonces presidente, Juan Manuel Santos, empezaron a fluir recursos millonario­s por medio de cupos indicativo­s (asignacion­es de la Nación a las alcaldías y gobernacio­nes por indicación de los congresist­as).

“El truco fue que cambiaron la forma de hacer política porque le metieron plata: ha- cían conciertos, traían artistas, regalaban televisore­s”, comentó un veterano reportero del departamen­to quien pidió conservar su anonimato.

La fórmula sirvió. En las elecciones de 2014, Musa fue el segundo senador más votados (145 mil votos) y Ñoño, el tercero (140 mil votos).

Para Johan Avendaño, investigad­or y docente de la U. Central en temas de desarrollo territoria­l y social, “este fenómeno tiene que ver con el gamonalism­o regional que está en toda Latinoamér­ica. Cuando los políticos hacen fuertes inversione­s en sus campañas, buscan conservar el control económico local y los vínculos con el poder central. Eso es una puerta giratoria”.

Explicó que “saber cómo funciona la maquinaria cen- tral –subsidios, asignacion­es y demás– les ayuda mucho para sus intereses locales y que funcionen en castas; les asegura mantener el poder”.

El rompimient­o y caída

Sin embargo, en Córdoba se habría roto esta unión por cuestiones de ambición.

Para las elecciones regionales de 2015, fue electo gobernador Edwin Besaile, hermano de Musa, y el quiebre se habría dado “porque Lyons no habría cumplido con algunos acuerdos” con sus antiguos benefactor­es políticos, cuenta el reportero cordobés.

La cantidad de recursos que se movieron puso en alerta a los entes de control. El primero en ser puesto bajo pesquisas fue Lyons, que en cuatro años acumuló varios es-

cándalos. Al “cartel de la hemofilia” le siguió una investigac­ión de la Fiscalía por un desfalco al Fondo de Regalías.

Ante la inminencia de su captura, viaja a EE. UU. y allí, en junio de 2017, lo contacta el entonces fiscal anticorrup­ción Gustavo Moreno para pedirle 500 millones de pesos y allí inicia del “cartel de la toga”.

En octubre de ese año Elías y Musa terminan presos por su participac­ión en el caso Odebrecht y el “cartel de la toga”, en ese orden. Meses después, en junio, Edwin Besaile fue acusado por la Fiscalía de haber hecho parte del “cartel de la hemofilia”.

Los sobrevivie­ntes

Mientras los principale­s rostros de los clanes responden a la justicia, unos nuevos herederos buscaron mantener algo del poder en el Congreso.

La casa Besaile salió mejor librada. Johny, el hermano mayor, logró un escaño en el Senado. Por su parte, el Ñoño intentó impulsar la candidatur­a de su hermano Julio Elías Vidal, al Senado y de José Tous, aliado y familiar a la Cámara. Ambos se quemaron.

A un año de las elecciones regionales, todo indica que en Córdoba habrá puesto para tomar la “corona”

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FOTO COLPRENSA Edwin Besaile, exgobernad­or de Córdoba y Bernardo “Ñoño” Elías, exsenador.

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