MÁS ÁRBOLES, GENTE MÁS FELIZ
La escena en un pequeño parque afuera de la Plaza Mariachi aquí en Nolensville Pike el miércoles pasado era como un cuadro de una pintura de Norman Rockwell, al estilo del siglo XXI. Rodeado de carteles que anunciaban la Fundación de la Familia Hispana, Dubai Jewelry, la Peluquería Domini- cana y restaurantes que ofrecen comida peruana, china, mediterránea e india, así como una franquicia Game Stop y H&R Block, había un pequeño cartel que decía: “Hoy: Árboles Gratis “.
La flecha en el cartel apuntaba a una carpa donde la Fundación Nashville Tree organizó su cuarto sorteo de árboles en octubre. Una familia de pie bajo la carpa posaba para una foto con el retoño que acababan de adoptar. Carolyn Soren
son, directora ejecutiva de la fundación, estaba tomando la foto: “¡Diga ‘árboles’!”, Dijo.
La entrega de árboles en Plaza Mariachi coincidió con el mismo día en que el alcalde de Nashville, David Briley, anunció una campaña para restaurar y agrandar el dosel arbóreo de la ciudad. El esfuerzo, llamado “Root Nashville”, será supervisado por la ciudad y el Cumberland River Compact, una organización no gubernamental sin ánimo de lucro, y financiado por una combinación de dinero público, corporativo y privado. Junto con varios departamentos municipales y otras organizaciones sin ánimo de lucro, la iniciativa tiene como meta sembrar 500.000 árboles en el condado Davidson para el año 2050.
Muchos de estos árboles jóvenes recién sembrados reemplazarán árboles muy grandes y viejos que se han perdido debido al crecimiento meteórico de Nashville, un aumento de la población de más del 45 por ciento desde el año 2000. A medida que la ciudad ha crecido, los árboles de la ciudad han caído, talados intencionalmente por desarrolladores para abrir espacio para nuevas construcciones o involuntariamente como efecto secundario de un edificio cercano. Desde 2008, el dosel de árboles en el núcleo urbano ha caído del 28 al 24 por ciento, una pérdida de aproximadamente 9.000 árboles al año.
El programa de obsequios de la Fundación Nashville Tree, que continúa hasta el viernes, es solo uno de los esfuerzos de extensión del grupo, cada uno centrado en semnbrar árboles en las zonas más pobres de la ciudad, que tienden a tener el menor espacio verde. “Todos estamos tra- bajando hacia el mismo objetivo de 500.000 árboles, y queremos una distribución equitativa de árboles gratuitos en el condado”, dijo Sorenson. “Por lo general, sembramos en áreas donde hay una intersección de dosel bajo y bajos ingresos. Estamos tratando de tener un gran impacto en un período corto”.
Me enteré del sorteo de árboles a través de las redes sociales. Ahí es también donde escuché la historia de Erica
Ciccarone sobre el desarrollador que taló tres nogales negros antiguos en la línea de propiedad que comparten.
Su reacción es típica: cuando los árboles mueren, las personas invariablemente entran en duelo. Y cuando los árboles son sembrados, las personas se vuelven demostrablemente más felices. Rhitu Chatterjee de National Public Radio informó recientemente sobre un estudio aleatorio diseñado para descubrir el efecto de los espacios verdes urbanos en la salud mental. El estudio encontró que la limpieza de lotes vacíos y la siembra de césped y árboles se asoció con una mejora significativa en la salud mental de los residentes cercanos: según el informe, “los sentimientos de depresión y falta de valor disminuyeron significativamente”.
Un experimento anterior de Eugenia South, uno de los autores de ese estudio, descubrió que el simple hecho de pasar por un lote recién sembrado en un vecindario urbano redujo el ritmo cardíaco de los participantes. Estudios más pequeños no relacionados han encontrado lecturas de presión arterial más bajas y niveles de cortisol más bajos entre los participantes que pasaron tiempo en la naturaleza.
Desde una perspectiva de planificación urbana, los árboles hacen algo parecido para las zonas densamente ocupadas del planeta. Eliminan el carbono, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, del aire. Enfrían el área circundante, compensando el impacto térmico del asfalto y los motores de combustión. Absorben y filtran las aguas pluviales. Bajan los costos de energía para los edificios cercanos