Mujeres superan a hombres en estudios
En Colombia la brecha de oportunidades entre hombres y mujeres se reduce muy lentamente.
Según el informe de ONU Mujeres y el DANE, que se presenta hoy, el empoderamiento económico de ellas en Colombia avanza, aunque con lentitud, frente a otros países de América Latina. ¿Qué pasa?
El embarazo adolescente, el matrimonio y la violencia intrafamiliar son las principales causas por las que las mujeres no logran mayor empoderamiento económico en Colombia. Así lo revela hoy el informe de ONU Mujeres y el Dane titulado: “El progreso de las mujeres en Colombia 2018”.
El documento señala que las mujeres campesinas y víctimas del conflicto armado son las más afectadas con la realidad colombiana. También la maternidad temprana, el tiempo dedicado al trabajo doméstico y la discriminación son factores que inciden para que ellas continúen relegadas económicamente si se comparan con los hombres.
El objetivo del informe, además de presentar un balance estadístico con la participación de las mujeres en el mundo laboral, político y de toma de decisiones, es recomendar políticas de inclusión y equidad que aprovechen al máximo el talento de la mujer colombiana y cumplir así los compromisos de la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030.
Más estudio y menos trabajo
Según el informe, para 2016 las mujeres entre los 17 y 21 años se matriculan más que los hombres en instituciones de educación superior. Mientras 6 de cada 10 mujeres lo hacen, en el caso masculino la proporción es 5 de 10.
Si bien la participación laboral de las mujeres en Colombia pasó de 46% al 54% entre 2008 y 2012, la tasa de desempleo sigue siendo superior en las mujeres que en los hombres: 12.3% y 7,2% respectivamente. En personas de 14 a 28 años –edad de estudios y de inicio de la vida laboral– las mujeres alcanzan una tasa de desempleo de 20,8% contra 12,1% de los hombres.
Para Ana Güezmes García, representante de ONU Mujeres en Colombia, es una paradoja que sean ellas las que más estudian, pero las que tengan más difícil el acceso al empleo, además de obtener remuneraciones inferiores a los hombres. “En 2006 solo el 33 % de ellas se graduaban de educación superior y en 2017, 6 de cada 10 lo lograban. Esto indica que la educación como fuente para el empleo no es una realidad en Colombia. Además, son contratadas en trabajos de menor calidad y con más posibilidad de perderlos ante una crisis económica”, afirmó Güezmes.
No obstante, el informe destaca el incremento de la participación de las mujeres
en la economía, lo cual se ha logrado por factores como la reducción en la tasa de fecundidad – 2,3 hijos por mujer en 2015–, el incremento del nivel educativo y el cam- bio en el tamaño y la composición de las familias.
En Colombia, alrededor de un cuarto de las mujeres son las aportantes principales en sus hogares, expandiendo así su papel como generadoras de ingresos y mantenimiento de sus hogares.
Cambio cultural en el hogar
Adicional a las dificultades que afrontan muchas en sus entornos laborales, es necesario tener en cuenta el trabajo que desempeñan en sus casas, el cual en ocasiones es poco valorado, no es remunerado y es desigual en muchos casos.
Para Luz Alexandra Clavijo, vicedecana de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Sergio Arboleda, el cambio debe ser cultural y tendrá que comenzar en casa. “Lo que hará que las mujeres nos empoderemos más será la educación y en un largo plazo los cambios culturales. Esto hay que empezarlo en los hogares, hablarlo sin misterio y no reproduciendo más ideas machistas desde la crianza de los niños”, sugirió.
Güezmes y Clavijo coinciden en que las cargas de las tareas domésticas deben redistribuirse entre hombres y mujeres, ya que en muchos de los casos, son ellas las llevan la mayor parte de esta labor y esto les impide estudiar más y empoderarse en la sociedad.
Influencia del conflicto
En Colombia la lucha armada ha sido determinante para que el empoderamiento económico de las mujeres avance con mayor lentitud, comparado con otros países latinoamericanos.
Para Güezmes, “Colombia evolucionó como muchos países en leyes y programas, pero en términos de participación económica sigue por debajo del promedio de América Latina. Colombia sigue rezagada en la participación de las mujeres a cargos de elección popular, mientras en el Congreso llegan casi al 20 %, el promedio en Latinoamérica está por encima del 30 %”, indicó.
Para promover la participación en política de las mujeres, prevenir la violencia contra ellas e incluir a los hombres como actores del cambio, ONU Mujeres adelanta programas de empoderamiento femenino, principalmente, en Antioquia, Chocó, Nariño, Cauca y el Meta