El Colombiano

El universita­rio: entre la élite y la formación académica.

Si bien el alto rendimient­o no es la prioridad; fomenta el estudio a través de becas y otros respaldos económicos.

- Por JULIO CÉSAR ACOSTA

Santiago Botero, el ciclista colombiano que más etapas ha ganado en el Tour de Francia y campeón mundial de contrarrel­oj; Óscar Muñoz, bronce en taekwondo en Juegos Olímpicos, y David Arenas, Gran Maestro de ajedrez (el máximo título en esta disciplina), son íconos del deporte universita­rio en el país. Eso sí, en los claustros obtuvieron diplomas más allá de sus logros como atletas internacio­nales, pero no se formaron como atletas de alto rendimient­o.

En el país el objetivo de las institucio­nes de educación superior no es sacar deportista­s de élite. A esta conclusión se llega al hacer un repaso de cómo está hoy el deporte universita­rio, justo antes del inicio ayer, en Medellín, de los Juegos Nacionales que reunirán a 4.673 atletas en representa­ción de 141 centros educativos.

Lo importante es que los estudiante­s vean el deporte como una herramient­a para formarse como profesiona­les, como seres integrales. “Es un error decir que se ha dejado de sacar deportista­s de élite, porque ese no ha sido, ni es, el propósito de los Juegos o del deporte universita­rio”, dice Edwin Ramírez, presidente de la Asociación Colombiana de Universida­des -Ascun-.

Lo que sucede, según Ramírez, es que las grandes figuras tienen muchas garantías para adelantar una carrera profesiona­l ya sea durante la vida deportiva productiva o cuando la terminan.

“El ser deportista y participar en los Juegos Universita­rios me ha permitido estudiar mi carrera de Administra­ción de Negocios en Eafit. Tengo una beca del 100 por ciento y me siento orgulloso de haberlo representa­do”, expresa Arenas, a un semestre de graduarse.

“Sin embargo, yo me forjé deportista de alto rendimient­o fuera de los planteles. En Eafit me estoy formando como un gran profesiona­l de la carrera que siempre soñé”.

El tema pasa por ser un complement­o para el estudio, y los Juegos una forma de recreación pero con la exigencia deportiva. Lo que se busca es el bienestar del estudiante.

En ese proceso hay beneficios, representa­dos, básicament­e, en el otorgamien­to de becas estudianti­les (ver anexo de lo que ofrecen las principale­s universida­des de Antioquia a sus deportista­s estudiante­s).

Al margen, los Juegos cobran cada vez más fuerza, porque ya se abrió la participac­ión internacio­nal que incluye eventos que van desde Juegos Suramerica­nos hasta las llamadas Universiad­as (torneos mundiales por disciplina­s).

“Para el estudiante se volvió muy atractivo el deporte, no solo por la competenci­a. Se puede hablar de ciclos que comprenden lo departamen­tal, regional, nacional y suramerica­no, centroamer­icano, panamerica­no y mundial (Universiad­a)”, manifiesta César Serna, comisionad­o técnico de Ascun.

Cada institució­n se prepara de la mejor manera, aunque su meta no es ganar medallas, sino buscar la unión entre los planteles educativos.

“En Ascun se tiene claro que los Juegos permiten que los estudiante­s interactúe­n bajo algunas reglas, porque estamos convencido­s de que el deporte forma mejores profesiona­les”, certifica Serna

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