FEMINISMO: ¿OTRA FORMA DE DESIGUALDAD?
Hoy día el feminismo está en auge: basta con rastrear un poco para encontrar las diferentes marchas realizadas en España, por ejemplo, con el despreciable caso de ‘La manada’, o en Brasil, en contra de las declaraciones machistas del candidato presidencial, o en Argentina, en busca de la legalidad del aborto, entre muchos otros casos. Por otro lado, muchas campañas, como #MeToo en Estados Unidos, o #NoHayQueCallar en Colombia, buscan erradicar los casos de violación y agresión sexual minimizados por una sociedad que los ha naturalizado. Todas estas manifestaciones han logrado captar la atención en asuntos en los que parecíamos estar dormidos (o haciéndonos los dormidos) y levantar la voz de las víctimas y también de quienes, sin serlo, ven la necesidad de decir “ya no más”.
Lo más interesante es cómo se adentra todo esto en escenarios en donde el tema de conversación central parece ser otro. Un ejemplo de esto se vivió en uno de los paneles del Festival Gabo, el cual llevaba como título “Ellas, transformadoras del periodismo”, y en donde se reunieron cuatro mujeres grandiosas que tenían en común, entre otras cosas, el amor por el periodismo y por la lucha contra la desigualdad. En el panel se habló de temas desde periodismo investigativo e independiente hasta feminismo y los retos que cada una de ellas tuvo que experimentar para llegar a donde actualmente está. Al hablar de feminismo se enalteció, como era de esperarse, a la mujer periodista; no obstante, lo que más vale rescatar fue el llamado de atención que hizo Jineth Bedoya sobre no perder de vista el verdadero fin del movimiento, siendo así lo más importante el método como queremos hacer valer nuestros derechos.
Muchas mujeres que se proclaman a sí mismas feministas se sirven de la violencia para ‘empoderarse’ y alzar su voz, cuando lo que realmente están logrando es perjudicar la imagen de un grupo de mujeres que busca hacer la diferencia. El feminismo, definido en el DRAE como “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, busca erradicar todo eso que el machismo permite: violencia y supremacía de un género sobre otro. Así que, mujeres, tengamos en cuenta todas las otras vías que hay para hacernos valer por lo que somos. Está en nuestras manos hacer que el feminismo cumpla su objetivo y no termine por ser otra forma de desigualdad
Está en nuestras manos hacer que el feminismo cumpla su objetivo y no termine por ser otra forma de desigualdad