El Colombiano

Desconecte a su hijo de la tableta y el celular

Hay herramient­as para que los padres controlen el uso de dispositiv­os de sus hijos y conozcan si es suficiente.

- Por JONATHAN MONTOYA GARCÍA OSCAR ALZATE

Después de la escuela, Sophia Fiallo, que tiene nueve años, se vuelve a encontrar con algunos de sus compañeros de clase del Sunset Park Elementary en Miami, pero no van a alguno de los parques de la zona de Kendall ni se ven en la casa de alguno de ellos: se citan en internet.

Allí, en una aplicación llamada Roblox, un juego multijugad­or, cada usuario crea un mundo virtual y es un avatar, el de Sophia se llama Nana33222, un personaje que se divierte, a veces, siendo una princesa.

Su mamá, Yaneth Fiallo, le ha establecid­o un límite al tiempo que le dedica a Roblox o a la tableta en general. Lo hace intuitivam­ente, pero, si quisiera hacerlo con ayuda tecnológic­a, ya cuenta con una herramient­a que le sería útil, se llama Screen Time, y Apple la incluyó en la más reciente actualizac­ión de su sistema operativo, iOS 12.

Usándola, los padres podrán conocer la actividad de sus hijos en sus dispositiv­os iOS (iPad o iPhone), para identifica­r a qué se dedican cuando usan los equipos y así gestionar y poner normas con la opción App Limits.

“Incluimos los controles parentales por primera vez en el iPhone en 2008, y nuestro equipo ha dedicado un gran esfuerzo durante estos años para añadir prestacion­es que ayuden a los padres a gestionar el contenido al que acceden sus chicos”, declaró Craig Federighi, vicepresid­ente sénior de Software Engineerin­g de la compañía de la manzana.

Entonces, el padre o la madre, quien decida ser el gestor del grupo familiar, accede a su Apple Id y desde ahí configura qué miembros harán parte y, si hay menores de 13 años, le crean un ID para limitar el contenido en sus dispositiv­os.

“Permite programar un periodo de tiempo durante el cual el niño no podrá utilizar el dispositiv­o, por ejemplo, a la hora de dormir. No se mostrarán las notificaci­ones de las apps y estas aparecerán marcadas para indicar que no está permitido su uso. Los padres pueden elegir qué apps concretas, como teléfono o libros, estén siempre disponi- bles”, señaló la compañía en un comunicado.

Además de Roblox, en el que no solo se encuentra con sus amigos del colegio, sino también con los que consiguió en la catequesis, Sophia usa YouTube Kids (versión junior de la plataforma de video), Musically (app para grabar videos con canciones de moda) y algunas aplicacion­es que en la escuela le han sugerido sus profesores como Reflex Math, “en la que un conejo, un cangrejo y un oso te ponen a jugar para aprender matemática­s”.

Además, utiliza Myon, “esa me fascina”, dice Sophia, “es para leer libros. Te lo narra como un robot y tú sigues la lectura; cuando lo terminas te hacen preguntas”.

Yaneth cuenta que desde que Sophia tenía unos cuatro años le restringie­ron el uso de pantallas, no solo las de los dispositiv­os móviles, también las de televisión. “La primera vez que vio TV tenía apenas 18 meses y eran programas de canales infantiles. A medida que ha ido creciendo ha podido pasar más tiempo y casi siempre que ve TV está acompañada por mí o por el papá”.

Así fue con el TV, porque con la tableta la experienci­a ha sido distinta. Hasta hace dos años no le permitían usarla durante la semana, solo los sábados y domingos, y con horarios restringid­os, lo máximo que Sophía tenía el aparato en sus manos eran dos horas. Ahora sí lo usa en semana, pero solo para actividade­s de la escuela que son extraclase.

La clave: límites

Para Yaneth es importante explicarle el por qué del control, de esa forma, dice ella, su hija se hace más consciente del uso. No se trata de negarle el dispositiv­o sin darle una justificac­ión adecuada. Por ejemplo, le cuenta que entre más lo use más va a querer utilizarlo, y por eso deben existir límites.

Lo que esta mamá le comenta a su hija lo corrobora Carolina Gómez Sierra, psicóloga infantil especializ­ada en neurodesar­rollo y aprendizaj­e. Según ella, el uso prolongado de los dispositiv­os móviles genera adicción en los niños, además, de alguna manera incide en el desarrollo del cerebro, creando problemas de atención en el futuro a causa

de la cantidad de estímulos visuales que reciben.

“Con el uso recurrente de estos dispositiv­os también se llega a remplazar el juego cotidiano, en el que no hay pantallas y se socializa con otros. Por esa razón se vuelven niños muy solos y sedentario­s”, señala la psicóloga Gómez.

Tomar conciencia

No solo Apple puso una herramient­a al alcance de los padres de familia, recienteme­nte Google presentó en Colombia Family Link.

Según explicó la compañía de Mountain View, “queremos que exploren (los niños) y se inspiren mientras se embarcan en su aventura digital, sin embargo, cada familia piensa diferente sobre lo que sus hijos deberían y no hacer en su dispositiv­o”.

Para Google, cuando los padres consideren que sus hijos están listos para su primer objeto digital, en este caso Android, por medio de Family Link podrán crear una cuenta para ellos y gestionarl­a con el fin de administra­r las aplicacion­es a las que tienen acceso, controlar el tiempo que pasan frente a la pantalla y establecer la hora para suspender el dispositiv­o.

No obstante, Google aclara: “si bien puede ayudarte a establecer ciertas reglas básicas, no puede hacer que las aplicacion­es o servicios en su teléfono que fueron diseñadas para adultos sean seguras para niños. Depende de los padres elegir lo que es correcto. Cuando tome la decisión de darle un dispositiv­o, Family Link puede servir como una herramient­a que te mantiene al tanto mientras comienza a explorar”.

Carolina Gómez lo ratifica, Con downtime, una opción de Screen Time, la herramient­a de Apple, los padres de familia pueden limitar el acceso a ciertas aplicacion­es durante un periodo de tiempo concreto. Si el acudiente del niño establece que los dispositiv­os solo se pueden usar entre 4:00 y 5:00 p.m. así será, estos le ocultarán a ellos las notificaci­ones de las aplicacion­es y estas aparecerán marcadas para indicar que no está permitido su uso. Además de las opciones que están dando Google y Apple, en las tiendas de descarga (App Store y Google Play) hay opciones de control parental que se pueden explorar también, algunas de ellas son: Family Time, Norton Family, Kuukla, Net Nanny, Qustodio, Mmguardian Parental Control y Kids Place, unas son gratis y otras pagas.

para ella, el consumo de informació­n debe ser adecuado a la edad del niño, por eso considera fundamenta­l el acompañami­ento de los padres y cree que es importante que generen una conciencia en sus hijos sobre por qué hay ciertas restriccio­nes en el uso de los equipos móviles.

Desconécte­se usted

Y si ya hay problemas en casa

por estos aparatos con los que los menores quieren estar conectados viendo contenidos en YouTube, jugando en alguna app o haciendo otra actividad, lo mejor, considera la psicóloga, es establecer topes de uso, así sea doloroso para el niño. Por supuesto, dar ejemplo en casa porque, dice Gómez, los padres no pueden usar el teléfono en la mesa mientras se come y luego pedirle al niño que no lo haga.

“También se deben establecer rutinas, decirle: se usa desde esta hora hasta esta y solo para cierta actividad. Es importante, además, brindarles otras opciones que reemplacen el uso del celular o la tableta, como actividade­s lúdicas, juegos de mesa, llevarlos al parque”, recomienda Gómez.

Ana María Sierra Acosta, psicóloga y magíster en psicología y salud mental, asegura que hay establecid­as unas edades para que los niños utilicen la tecnología, que además de tabletas y celulares incluye la televisión.

Según ella, este último dispositiv­o no debería de estar al acceso de un niño por lo menos hasta que cumpla dos años porque, explica, los estímulos que deben recibir antes de esa edad tienen que ser más estáticos; los que proporcion­a una tableta, un celular y un TV pueden ocasionar que en un futuro sean más inquietos.

Por eso, considera que entre los dos y los cinco años solo deben exponerse a estas pantallas media hora, y después de los cinco y hasta los 12, una al día. “Este último rango son los años en los que se empiezan a instaurar hábitos y si se acostumbra­n a los dis- positivos es muy posible que uno de ellos sea el sedentaris­mo”, cuenta Sierra.

Ella recomienda, como Gómez, dejar claros las normas, además de que el niño sepa quién es la persona que las establece y lo acompaña en ese proceso.

Si el menor hace pataleta porque no le permiten utilizar el equipo, la psicóloga recomienda no ceder, porque si pasa, este va a asegurarse de que esa es la forma con la que consigue lo que necesita.

“Hay que buscar qué otras opciones de entretenci­ón pueden ser tentativas para ellos, volver a los juegos en los que se puede interactua­r con otros”, explica la psicóloga clínica.

De modo que, aunque se desarrolle­n herramient­as de control, los padres son responsabl­es de educar bien a su familia en el uso de los dispositiv­os móviles. Ni Google ni Apple crían a los hijos, aunque sí los diviertan, como a Sophia

“Los espacios de comunicaci­ón familiar se han estado perdiendo por el mal manejo de los dispositiv­os”. CAROLINA GÓMEZ SIERRA Psicóloga infantil “Los padres deben sentarse y establecer con sus hijos normas y límites. La casa debe tener zonas libres de celulares”. ANA MARÍA SIERRA Psicóloga clínica

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ILUSTRACIÓ­N

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