LOS ROLES DENTRO DE LA FUERZA PÚBLICA SE DEBEN DIFERENCIAR CON CLARIDAD
Es una distorsión de la necesaria separación en las funciones de la Fuerza Pública. El conflicto armado y las grandes amenazas criminales del narcotráfico y las bandas han llevado a un desdibujamiento de esos roles, de tal manera que tenemos una policía altamente militarizada y un Ejército inmiscuido en tareas que no son de su competencia.
Normalmente, un Ejército tiene que estar dedicado a proteger y defender la soberanía nacional y en casos de conflicto armado liderar la lucha contrainsurgente. Mientras que la Policía debe enfrentar los fenómenos y actores de delincuencia urbana.
Mezclar a la Policía en la- bores contrainsurgentes y meter al Ejército en labores de patrullaje urbano representa ese desdibujamiento.
El otro asunto cuestionable es la eficacia: ¿qué le añade el Ejército a la lucha contra la criminalidad en un contexto urbano? Nada. Esa lucha requiere acciones de inteligencia y operatividad policial. ¿Qué aporta un piquete de soldados alrededor de una cancha de barrio? Nada, eso es pura retórica y apariencia de seguridad. Diferenciar esos roles es necesario, incluso en un contexto de posconflicto tan complejo como el que tenemos. Poner soldados en esa tarea, es como llevar motosierra a una cirugía de alta precisión