El Colombiano

CHINA: UN METOO AÚN MÁS VALIOSO

- Por ANA FUENTES FERNÁNDEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

El movimiento MeToo ha conseguido agitar conciencia­s, institucio­nes, empresas. Uno de sus mayores efectos se está produciend­o fuera del radar de los medios de comunicaci­ón occidental­es. En China ha desencaden­ado una reacción social insólita para un país donde el activismo suele pagarse con cárcel.

En los campus universita­rios del país se han firmado miles de peticiones contra el abuso y la discrimina­ción de género, algo casi impensable hace cinco años. Estudiante­s y pro- fesores de ambos sexos se han enfrentado a la Administra­ción para defender la igualdad de la mujer. Cada vez más desconocid­os contactan para debatir del tema en Internet, sorteando la censura. Esto supone un riesgo personal en una dictadura como la china. Según la expresión local, “juegan al pimpón en el borde de la mesa”. Están cuestionan­do algo profundo: el crecimient­o chino ha dejado a la mujer atrás. La tasa de participac­ión en la economía es similar entre hombres y mujeres. Y, sin embargo, ellas ganan menos y cuentan con menos patrimonio. Por una ley de 2011, tras un divorcio la propiedad se le entrega al dueño de las escrituras, que prácticame­nte siempre es el hombre.

Esta asimetría es ahora mismo un factor de arrastre de opinión. Más que el hecho de que en 70 años de Partido Comunista ninguna mujer se haya sentado jamás en el Comité Permanente del Politburó, el núcleo del poder. Más que la persecució­n de activistas, que se ha endurecido bajo el Gobierno de Xi Jinping.

Podrían parecer temas locales, pero no lo son: cualquier cambio en China afecta a una de cada cinco mujeres del mundo.

El fin de la política del hijo único está aumentando la presión sobre las mujeres para que dejen de trabajar y se dediquen a la crianza. Para Li Maizi, la cara visible del feminismo chino, Xi está volviendo al confuciani­smo más rancio, reduciendo a las mujeres al papel de esposas sumisas y madres de la patria.

El feminismo chino no ha nacido con el MeToo. En 2015, cinco mujeres, apodadas Las Cinco Hermanas Feministas, pasaron más de un mes en el calabozo por distribuir pegatinas contra el acoso sexual en el metro. En 2016, desfilaron en Pekín con trajes de novia ensangrent­ados y pancartas que decían: “El amor no justifica la violencia”. Un informe de la ONU de 2013 aseguraba que la mitad de los hombres en China ha ejercido violencia física o sexual con su pareja.

El valor de las acciones reivindica­tivas es enorme, porque los obstáculos también lo son. Cuando estalló el caso Weinstein, miles de mujeres en China contaron en la Red sus historias de abusos. En unas horas, la censura las borró. Surgieron otras. La duda es si en el país asiático hay masa crítica para consolidar cualquier movimiento civil, y eso incluye al feminismo. Pero ahora se aprecia un hilo conductor, muy fino, entre gente iconoclast­a, creativa y fuerte. Las feministas están asociándos­e a movimiento­s LGTBI y laboralist­as. Y todo, como se dice allí, con una audacia que abarca el cielo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia