CONCIENCIA DE CIUDAD
Los ciudadanos, en la mayoría de los casos, no tienen una conciencia espacial e histórica del lugar en el que se encuentran, de ese andén que pisan o el edificio al que ingresan.
En el centro de la ciudad sería interesante preguntarnos cuántas veces detenemos nuestro caminar por la avenida La Playa y pensamos en la quebrada Santa Elena que corre por debajo, o cuántas veces le dedicamos unos minutos a la reconstrucción mental de la antigua Plaza de Cisneros, hoy Parque de las Luces.
Es cierto que la idealización de estos espacios que dan cuenta de nuestra historia es difícil, pues al ya no estar allí de manera visible, nuestra mente se ve obligada a imaginar ciudades paralelas, lugares de otra época. El problema está en que ni siquiera con las edificaciones patrimoniales que tenemos se presenta un discernimiento de la ciudadanía.
Los edificios Carré y Vásquez hoy están ocupados por entidades públicas y privadas que se encargan de su conservación. Allí confluyen cada día cientos de personas pero, ¿cuántas de ellas conocen mínimamente un poco de la historia de estas edificaciones consideradas patrimonio? La pregunta cabría hacerla para los más de 100 inmuebles de esta categoría que según la Alcaldía se encuentran en el centro.
Como sabemos, fue en lo que hoy conocemos como la Comuna 10 o La Candelaria, donde nació en 1675 la ciudad de Medellín; es decir, es en el Centro donde deberíamos encontrar la arquitectura que dé cuenta de nuestros inicios, pero que este lugar sea considerado como “Centro Tradicional y Representativo” y no como “Centro Histórico”, da mucho que decir.
La memoria efímera que padecemos no distingue entre jóvenes, adultos o viejos. Es por esto que más que un vistazo al pasado, es una mirada al presente: saber, entender y valorar el lugar en el que nos encontramos. Nuestro patrimonio no se puede convertir en la utilería de lo cotidiano, es momento de que como ciudadanos comencemos a tener una real conciencia de la ciudad que habitamos
Es en el Centro donde deberíamos encontrar la arquitectura que dé cuenta de nuestros inicios.