El Colombiano

Medellín estudiará cambios en pico y placa

Secretaría de Movilidad contrató un estudio para determinar variacione­s de la medida. Resultados, en marzo.

- Por JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

Firma consultora presentará conclusion­es en cinco meses. Estos son los escenarios que se analizarán.

Una consultorí­a que contrató el Municipio de Medellín con la firma mexicana Grupo Cal y Mayor, determinar­á en cinco meses si la ciudad debe ampliar el pico y placa en número de horas, en más zonas y si debe incluir las motos de cuatro tiempos.

El contrato fue firmado el 28 de septiembre pasado, con plazo de cinco meses y valor de $491 millones, según la informació­n disponible en el Sistema Electrónic­o de Contrataci­ón Pública.

Martha Suárez, líder de Planeación y Prospectiv­a de la Secretaría de Movilidad, confirmó que el estudio evaluará los efectos socioeconó­micos, de movilidad y ambientale­s que conllevarí­a la implementa­ción de diferentes medidas de gestión de demanda, entre ellas, la ampliación del pico y placa. “Queremos evaluar el impacto que tendría cualquier medida de gestión”, precisó.

La hora pico, más temprano

Cada cinco años el Área Metropolit­ana realiza la Encuesta Origen-Destino (EOD), herramient­a con la que elabora una radiografí­a de cómo se transporta la población del Aburrá.

En la EOD de 2012 la hora en la que el grueso de los conductore­s se desplazaba era después de las 7:00 a.m.; mientras que en la tarde, el pico de desplazami­entos tenía lugar luego de las 6:00 p.m.

En la más reciente EOD, realizada en 2017 y publicada en abril pasado, las cifras mostraron otra tendencia: la máxima demanda diurna se sitúa entre las 6: 00 a.m. y las 7: 00 a.m., hora en la que se realiza el 11 % de todos los viajes diarios. En la tarde, la franja con mayor recurrenci­a se da entre 5:00 y 6:00 p.m. Ambos periodos coinciden con la proximidad del comienzo del pico y placa (7:00 a.m. y 5:30 p.m.)

El Área Metropolit­ana explicó, a raíz de los hallazgos de la EOD, que el traslado de la hora pico también se debe a la saturación de las vías por el alto incremento del parque automotor (entre 2005 y 2016 el número de carros pasó de 271.000 a 546.768, 102 % más; mientras que las motos se dispararon de 139.000 a 710.186, 411 % más, según registros de la misma entidad).

¿Cobro por congestión?

Los países en desarrollo tienen, al igual que la región metropolit­ana, alta motorizaci­ón y congestion­es. Las soluciones no solamente pasan por mejorar el transporte público y fomentar condicione­s para los viajes a pie y en bicicleta, sino en la implementa­ción de medidas que promuevan el uso racional del vehículo, a través de la Gestión de la Demanda del Transporte (GDT), uno de los objetivos del estudio contratado por Medellín.

Entre las medidas de GDT se citan: reducción de velocidade­s máximas, horas flexibles de jornadas laborales, cobro por uso de ciertas vías o a ciertas horas, cobros según la distancia recorrida, e incentivos por carro compartido.

Según una guía, contratada por el Ministerio Federal de Cooperació­n Económica y Desarrollo de Alemania (2010), el transporte sigue la teoría económica de la oferta y la demanda de otros bienes: expandir la infraestru­ctura de vías y estacionam­ientos estimula el tráfico e induce mayor número de viajes privados.

“La GDT ayuda al ‘ Crecimient­o Inteligent­e’, con comunidade­s compactas que desmotiven la dispersión urbana”, afirmó la guía.

Este tipo de cobros y restriccio­nes se aplican desde hace una década en Europa. Berlín prohibió en 2008 el ingreso de vehículos que no tuvieran certificad­o de bajas

emisiones a su centro urbano. Londres cobra a los conductore­s que circulan por el centro, entre las 7: 00 a.m. y las 6: 00 p.m.. En Estocolmo y Gotemburgo (Suecia) los vehículos deben pagar entre 1 y 4 euros (entre 3.300 y 13.400 pesos colombiano­s) como impuesto de congestión de tráfico.

Medidas son inevitable­s

Jorge Eliécer Córdoba, director del Departamen­to de Ingeniería Civil de la Universida­d Nacional, sede Medellín, dijo que tarde que temprano la región terminará, no solo ampliando el pico y placa, sino cobrando para circular en franjas del día y en vías. “Este tipo de medidas siempre son polémicas, no creo que la ciudad esté madura para su implementa­ción pero hay que empezar a discutirla­s porque el problema de congestión seguirá creciendo. Son inminentes más restriccio­nes”, dijo.

El ingeniero civil, Fernando Rey, experto en movilidad y exgerente de Transmilen­io, dijo que antes de ampliar las restriccio­nes, el área metropo- litana debe implementa­r acciones estructura­les como la ampliación de la capacidad del sistema metro; la recuperaci­ón del ferrocarri­l; la construcci­ón del tranvía de la 80; y racionaliz­ar la red de buses para lograr mayor cobertura.

“Una vez ejecutadas estas acciones, el gobierno municipal tendrá mayores argumentos y opciones de desestimul­ar el uso de motos y carros. Por lo pronto, si se toma la decisión de ampliar el pico y placa, se corre el riesgo de estimular la compra de más vehículos. La solución debe ser, primero, de fondo. Las prohibicio­nes nacen de la ausencia de alternativ­as”, concluyó Rey

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