TESLA Y EL FUTURO DEL TRANSPORTE
En 1894 se llevó a cabo entre París y Rouen la primera competición automovilística de la historia, promocionada en ese entonces como una carrera de “carruajes sin caballos”. Ante la mirada de escépticos por las posibilidad de estas nuevas formas de transporte, la competencia fue dominada por una tecnología que moldearía el futuro de la sociedad: el motor de combustión interna.
Sin embargo, más de un siglo después, ante la mirada de nuevos escépticos, los días de esta máquina parecen estar contados. Los avances en la tecnología de baterías de litio, junto a la búsqueda de soluciones más amigables con el medio ambiente, parecen favorecer los motores eléctricos como la nueva alternativa.
Esta tendencia se ve claramente en el fenómeno que ha agitado los mercados bursátiles en esta última década y le ha dado un carácter mediático al tema de los carro eléctricos: Tesla. La compañía del carismático y polémico Elon Musk, hoy más valiosa que muchas empresas que llevan años en esta industria, está transformando el mundo automotriz con su misión de ofrecer carros eléctricos atractivos para sus clientes a precio competitivo en el mercado, acompañado de la fabricación de sus propias baterías y una automatizada línea de producción.
Pero los últimos meses no han sido los mejores para Tesla. Además de tener que lidiar con estar significativamente atrasados en sus metas de pro-
ducción del Model 3, que debía ser su primer vehículo vendido a gran escala, y de jamás haber reportado utilidades, algunas declaraciones de Musk sobre la posibilidad de privatizar la compañía y otras recientes acciones polarizadoras como fumar marihuana ante cámaras han puesto a vacilar sus inversores.
Sin embargo, la verdadera
amenaza que enfrentará Tesla es la competencia. La emergencia de start-ups en EE.UU y en China y la inversión fuerte de compañías como Nissan, Volkswagen o Google para desarrollar carros eléctricos y vehículos autónomos está abriendo la posibilidad de que Tesla no prevalezca en esta industria.
Independiente del futuro de Tesla, un hecho sí es claro: el motor de combustión interna, la máquina del desarrollo del siglo XX, está lentamente llegando a su fin
El motor de combustión interna, la máquina del desarrollo del siglo XX, está lentamente llegando a su fin.
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