El Colombiano

JEP podría priorizar el caso de la Comuna 13

Con informes y testimonio­s entregados por las organizaci­ones de víctimas, la nueva justicia de paz podría empezar a investigar estos hechos.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M.

La Sala de Reconocimi­ento de la nueva justicia tendrá en cuenta los informes entregados por las víctimas a la hora de estudiar el caso Orión.

Hacer memoria es difícil, sobre todo cuando se tienen los dolores y la frustració­n atorados entre pecho y espalda. Pero en el contexto actual es necesario, como lo dice el magistrado de la JEP, Gustavo Salazar: “solo a través de esos relatos tendremos insumos para buscar la verdadera justicia”.

Los pasos de las víctimas que iban a dar su testimonio eran lentos y la espera silenciosa y larga. Doce personas contaron, micrófono en mano, los hechos que acontecier­on entre el 16 y el 18 de octubre de 2002, cuando ocurrió la Operación Orión. Una intervenci­ón conjunta de la Fuerza Pública sin precedente­s en la ciudad, que buscaba acabar con las milicias que habían tomado el control en la comuna.

Voces entrecorta­das, algunas en medio de las lágrimas, relataron cómo sacaron a jóvenes, incluso menores de edad, de sus casas que apareciero­n en las morgues de la ciudad sin explicació­n. Otros simplement­e no apareciero­n.

Hablaron de las balas perdidas, de los desplazami­entos con las pocas cosas que po- dían llevar a la mano, de las infancias perdidas y, después, de las secuelas: soledad, ausencia, enfermedad­es físicas, mentales y espiritual­es.

El reclamo por la verdad

El problema más grande, insistían, es la impunidad. Dijeron que nunca les contaron por qué ocurrió todo, por qué sus hijos, esposos o hermanos fueron escogidos por los armados, entre los que, aseguran, presuntame­nte se encontraba­n paramilita­res trabajando en equipo con la Fuerza Pública. Una versión que las autoridade­s en el pasado han desmentido.

“Necesitamo­s que nos digan la verdad, tenemos que saber lo que ocurrió, por lo menos yo enterré a mi hijo, pero mis compañeras viven en la incertidum­bre”, dijo, ante el auditorio, Bertha Goez.

El drama de la Operación Orión, según la Corporació­n Jurídica Libertad, se cuenta en cifras: hablan de presuntame­nte 80 civiles heridos, 17 homicidios atribuidos a la Fuerza Pública, 71 personas asesinadas por los paramilita­res, 12 torturados, 92 desaparici­ones forzadas registrada­s y 370 detencione­s arbitraria­s.

No obstante, también están quienes consideran que esa operación era necesaria. A la misma hora del evento, el gobernador Luis Pérez, para esa época alcalde de la ciudad, explicaba a medios que con el operativo se “encontraro­n fábricas de armas, 17 personas secuestrad­as, carros bomba con planes de ser detonados. También se desmanteló el secuestro express. Luego de la operación se pudo hacer presencia del Estado en la zona y los homicidios al año siguiente se redujeron en 1.200”.

En busca de alivio, las víctimas de la Comuna 13 acudieron ayer al Santuario de Santa Laura Montoya a contarle a los magistrado­s de la JEP Reinere de los Ángeles Jaramillo, María del Pilar Valencia y Gustavo Salazar y los representa­ntes de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desapareci­das y de la Comisión de la Verdad lo que ocurrió durante la Operación Orión y a pedir justicia en este caso, que tiene investigac­iones en los juzgados y tribunales del país, pero solo cuatro condenas, y ninguna vincula a miembros de la Fuerza Pública.

Las organizaci­ones de víctimas prepararon, además de sus relatos, informes, todavía preliminar­es, en los que documentar­on 16 años de investigac­iones hechas por ellas mismas.

“Son testimonio­s de lo que ha venido sucediendo, porque uno de los problemas que tenemos es la impunidad, es lo más tormentoso, lo más difícil de soportar, como si el mundo nos dijera que aquí no pasó nada”, dijo a EL COLOMBIANO la hermana misionera Rosa Cadavid, quien por años ha trabajado con las víctimas.

La tarea de la JEP

Visiblemen­te compungido­s los magistrado­s escucharon uno a uno los relatos de las víctimas y prometiero­n tenerlas siempre en el centro

de la justicia para la paz.

“Llevamos varios meses pensando cómo hacer que ustedes, las víctimas, estén efectivame­nte en el centro de esta jurisdicci­ón, la entrega de estos informes nos ayudan a cumplir ese mandato. Estamos tratando de acercarnos a ustedes no solo como jueces sino como seres humanos”, señaló el magistrado Salazar.

A su turno, la representa­nte de la Unidad de Búsqueda, Liz Arévalo, aseguró que el material va a servirles para cumplir con la tarea de dar con los desapareci­dos en Colombia, en especial los de la Comuna 13. “Honramos a sus seres queridos desapareci­dos y esperamos que nuestra labor permita darles consuelo. Ojalá encontrarl­os, pero si no es posible, que al menos conozcan todas las gestiones que hicimos para hallarlos”.

Los informes son los insumos con los que parte la jurisdicci­ón. Su tarea, en adelante, es contrastar­los con los informes de la Fiscalía, la justicia ordinaria, Justicia y Paz y la jurisdicci­ón internacio­nal (Corte IDH) que ya condenó al Estado por algunos de los excesos cometidos durante la Operación Orión.

Aún es temprano para asegurar que este caso sea priorizado por la JEP, la Sala de Reconocimi­ento de Verdad y Responsabi­lidad tiene un insumo para hacer que la primera operación militar conjunta en zona urbana del país sea investigad­a por la justicia

“Solo hay palabras de grandeza y dignidad, no hay retaliació­n sino exigencia de responsabi­lidad y verdad”. GUSTAVO SALAZAR Magistrado de la JEP

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FOTO YHOBÁN HERNÁNDEZ / IPC Organizaci­ones de víctimas de la Comuna 13 entregaron informes a los magistrado­s de la JEP.

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