Hay más comunicación de gobierno que pública
La última discusión sobre la crisis de Hidroituango entre el alcalde de Medellín, Federico
Gutiérrez, y el gobernador de Antioquia, Luis
Pérez Gutiérrez, demuestra la alta personalización de la política antioqueña y la baja institucionalidad de las corporaciones públicas, que nada tiene que ver con la histórica costumbre de la política local. Ambos mandatarios buscan salvar su reputación a costa de lo que sea, olvidando la responsabilidad de jalonar y unificar a los antioqueños, convirtiendo la política en un gran escenario mediático-teatral. En ambos mandatarios se puede ver la gran confusión que existe a la hora de comunicar, haciendo difusión de gobierno y no pública. La de gobierno, en este caso, es tratar de salvar la responsabilidad individual en los errores de Hidroituango por parte de Pérez y la defensa sin cuartel de Gutiérrez, dejando ante la opinión la escena triste de dos gobernantes sin un norte claro, con poca capacidad para solucionar un problema, y sobre todo sin el carácter que deben tener para generar respaldo, confianza y la esperanza que los antioqueños necesitamos. La comunicación pública es diferente, busca el consenso, plantea el debate, identifica los puntos de vista encontrando la solución más efectiva mediante la interacción comunicativa entre todos los actores de poder político. Invita, en primera instancia, a buscar la realidad del problema; segundo, a identificar las causas y, finalmente, a construir una solución efectiva para todos. Esta comunicación es la que tanto el gobernador Luis Pérez como el alcalde Federico Gutié
rrez deberían buscar y practicar, aceptando los errores, buscando soluciones en conjunto y mostrando la unidad como actores de poder.