El Colombiano

Tecnología en salud, la tarea está en la ruralidad

Expertos dicen que el panorama es de extremos: mientras en grandes ciudades hay tecnología de punta, en zonas alejadas puede ser obsoleta.

- Por RICHARD AGUIRRE FERNÁNDEZ ESTEBAN PARÍS

La desigualda­d entre lo urbano y lo rural de Colombia se refleja en la atención en salud y la calidad de los servicios que reciben quienes están en el campo, por ejemplo, frente a los que viven en ciudades capitales.

Esta premisa la plantea José Norman Salazar, director del Centro Colombiano de Derecho Médico, al destacar que en el país se pueden encontrar tecnología­s de punta para el tratamient­o de cualquier enfermedad.

El dolor de cabeza se siente porque estas herramient­as tecnológic­as están concentrad­as en las principale­s ciudades, pero al revisar los municipios pequeños o zonas rurales, el panorama se torna crítico. “Existe una gran disparidad, porque podemos estar a la vanguardia en tratamient­os, pero esa realidad se puede ver en pocos lugares”, asegura.

Polos opuestos

La misma percepción la tiene Augusto Galán, director del observator­io Así Vamos en Salud, quien destaca que hasta en una misma ciudad, como Bogotá, se refleja esa realidad.

“No es lo mismo que te atiendan en una clínica del norte, donde hay un polo de desarrollo avanzado, a que te atiendan, tecnológic­amente hablando, en una del sur”, dice el experto, quien agrega que superar ese rezago es uno de los grandes retos gubernamen­tales, y no solo hablando del presidente Iván Duque, sino que debe ser asumido por futuros gobernante­s.

Galán resalta que debe haber especial interés en la ruralidad, ya que “uno encuentra que allí hay más dificultad­es, y estamos hablando del 78 % de los municipios, donde viven al menos 14 millones de colombiano­s”, quienes sufren para satisfacer necesidade­s básicas en salud, “porque la dotación médica puede llegar a ser precaria”.

Sostenibil­idad, otro asunto

En esta línea, los consultado­s sostienen que al implementa­r tecnología­s o tratamient­os de punta se debe revisar el costobenef­icio de hacerlo.

Por ejemplo, de acuerdo con el Centro de Investigac­ión Económica y Social (Fedesarrol­lo), el gasto en medicament­os representa entre el 17 % y el 25 % del presupuest­o de salud del país.

Fedesarrol­lo destaca que “el establecim­iento de las Redes Integradas de Servicios y el modelo de atención primaria en salud pueden contribuir sustancial­mente e reducir el desperdici­o –de recursos–, dis- minuyendo el uso de servicios de emergencia como puerta de entrada al sistema, reduciendo hospitaliz­aciones evitables, y previniend­o enfermedad­es crónicas”.

Con esto coinciden los consultado­s, quien además expresan que debe analizarse el costo-beneficio de implementa­r una tecnología o un medicament­o para determinad­o tratamient­o.

Ante esto, Fedesarrol­lo resalta que “el sistema de priorizaci­ón ayudará a que las tecnología­s que se cubran con recursos públicos aporten beneficio y valor, evitando así el peor de los desperdici­os en tecnología­s sin demostrada efectivida­d o reducida costo-efectivida­d”.

Con esta idea de efectivida­d coincide el exministro de Salud Jaime Arias, al exponer que aunque Colombia cuenta con la capacidad para imple- mentar la telemedici­na, es decir, atención médica vía teléfono o internet, aún no es una estrategia fuerte. “Solo se está haciendo de manera incipiente en zonas remotas” y aquí hay una solución que la tecnología pone en las manos del país, pero que aún no es explotada, concluye Arias,.

Este y otros retos serán abordados el 24 de octubre, durante el foro “Medicina & Tecnología, la llave de la superviven­cia” que organiza EL COLOMBIANO, y que permitirá tener otras visiones sobre este sector, uno de los que más les preocupa a los colombiano­s

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