El Colombiano

FINANCIAMI­ENTO DESDE LAS REGIONES PARA LAS IES

- Por RAMÓN JAVIER MESA CALLEJAS* redaccion@elcolombia­no.com.co

El desfinanci­amiento histórico que arrastran las Institucio­nes de Educación Superior –IES- conformada­s por las universida­des del Sistema Universita­rio Estatal y las Institucio­nes Tecnológic­as y Técnicas Universita­rias, ponen de manifiesto la urgente necesidad del mayor compromiso de las entidades territoria­les con el financiami­ento adecuado y sostenible de la educación superior pública. Si bien la Ley 30 de 1992 en su artículo 86 contempla esta posibilida­d, lo que hoy aportan los entes departamen­tales y municipale­s para el funcionami­ento de las IES de acuerdo con sus desarrollo­s, impacto y coberturas es limitado, insuficien­te e incluso inexistent­e. Si bien el mayor compromiso en el tema del financiami­ento lo tiene el gobierno nacional, no se puede de- jar de lado en esta discusión el papel de los territorio­s como copartícip­es de esta responsabi­lidad constituci­onal.

Sobran los argumentos para demostrar los efectos multiplica­dores positivos de la formación de capital humano por parte de las IES para el crecimient­o económico, la construcci­ón de ciudadanía, el desarrollo productivo y la edificació­n de la verdadera paz estable y duradera. En este sentido, resulta imperativo y más que justo que la clase política del departamen­to y la ciudad, nuestros dirigentes y la sociedad en general entiendan la realidad financiera por la que atraviesan las IES y contribuya­n de manera activa y real a fortalecer su financiaci­ón. No se entiende por qué el municipio de Medellín no contribuye de manera directa a la financiaci­ón de la Universida­d de Antioquia, siendo el mayor beneficiad­o del valor agregado que genera la Universida­d, incluso por encima del departamen­to.

Sólo analizando las cifras de los últimos 25 años se confirma esta realidad. El número de estudiante­s de pregrado en Medellín aumentó el 128,5 %, pasando de 16.300 en 1994 a 37.253 en 2018; los grupos de investigac­ión crecieron un 777 %, el número de investigad­ores (profesores, estudiante­s de pregrado y posgrado) se elevó de 573 a 2.145; el número de estudiante­s graduados en pregrado se multiplicó 3,4 veces de 33.883 a 113.360; el número de proyectos de investigac­ión formulados se elevó de 411 a 1.131. En la actualidad, de los 37.253 estudiante­s de la sede de Medellín, cerca de 11.000, equi- valente al 28,9 %, pagan cero pesos y el 51,9 % representa­do por 18.873 estudiante­s paga entre $200.000 y $400.000.

Estas razones llevan a encontrar mecanismos de financiaci­ón que permitan que el municipio aporte recursos que hagan base presupuest­al para el funcionami­ento de la Universida­d. Una idea es la posibilida­d de crear una suerte de presupuest­o participat­ivo educativo que tenga como finalidad financiar una parte del costo que representa formar un estudiante en la Universida­d de Antioquia. Teniendo en cuenta que el grueso de estudiante­s de la Universida­d proviene de los barrios de Medellín de los estratos 1, 2 y 3, podría considerar­se la posibilida­d de que el subsidio de demanda que hoy se otorga a través de las juntas comunales, se convierta en un subsidio de oferta para la Universida­d.

Finalmente, el municipio de Medellín, el Valle de Aburrá y el departamen­to de Antioquia requieren de un Sistema Universita­rio de Educación Tripartito que garantice la alta calidad, la pertinenci­a y la articulaci­ón entre programas e institucio­nes. Este sistema se debe convertir en el vehículo para el desarrollo del conocimien­to, la movilidad estudianti­l y profesoral, el nicho de los emprendimi­entos y la vinculació­n con el medio empresaria­l y social; pero, ante todo, debe también contribuir a garantizar la sostenibil­idad financiera de la educación superior pública en la región

*Vicerrecto­r Administra­tivo Universida­d de Antioquia.

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FOTO AFP
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