FINANCIAMIENTO DESDE LAS REGIONES PARA LAS IES
El desfinanciamiento histórico que arrastran las Instituciones de Educación Superior –IES- conformadas por las universidades del Sistema Universitario Estatal y las Instituciones Tecnológicas y Técnicas Universitarias, ponen de manifiesto la urgente necesidad del mayor compromiso de las entidades territoriales con el financiamiento adecuado y sostenible de la educación superior pública. Si bien la Ley 30 de 1992 en su artículo 86 contempla esta posibilidad, lo que hoy aportan los entes departamentales y municipales para el funcionamiento de las IES de acuerdo con sus desarrollos, impacto y coberturas es limitado, insuficiente e incluso inexistente. Si bien el mayor compromiso en el tema del financiamiento lo tiene el gobierno nacional, no se puede de- jar de lado en esta discusión el papel de los territorios como copartícipes de esta responsabilidad constitucional.
Sobran los argumentos para demostrar los efectos multiplicadores positivos de la formación de capital humano por parte de las IES para el crecimiento económico, la construcción de ciudadanía, el desarrollo productivo y la edificación de la verdadera paz estable y duradera. En este sentido, resulta imperativo y más que justo que la clase política del departamento y la ciudad, nuestros dirigentes y la sociedad en general entiendan la realidad financiera por la que atraviesan las IES y contribuyan de manera activa y real a fortalecer su financiación. No se entiende por qué el municipio de Medellín no contribuye de manera directa a la financiación de la Universidad de Antioquia, siendo el mayor beneficiado del valor agregado que genera la Universidad, incluso por encima del departamento.
Sólo analizando las cifras de los últimos 25 años se confirma esta realidad. El número de estudiantes de pregrado en Medellín aumentó el 128,5 %, pasando de 16.300 en 1994 a 37.253 en 2018; los grupos de investigación crecieron un 777 %, el número de investigadores (profesores, estudiantes de pregrado y posgrado) se elevó de 573 a 2.145; el número de estudiantes graduados en pregrado se multiplicó 3,4 veces de 33.883 a 113.360; el número de proyectos de investigación formulados se elevó de 411 a 1.131. En la actualidad, de los 37.253 estudiantes de la sede de Medellín, cerca de 11.000, equi- valente al 28,9 %, pagan cero pesos y el 51,9 % representado por 18.873 estudiantes paga entre $200.000 y $400.000.
Estas razones llevan a encontrar mecanismos de financiación que permitan que el municipio aporte recursos que hagan base presupuestal para el funcionamiento de la Universidad. Una idea es la posibilidad de crear una suerte de presupuesto participativo educativo que tenga como finalidad financiar una parte del costo que representa formar un estudiante en la Universidad de Antioquia. Teniendo en cuenta que el grueso de estudiantes de la Universidad proviene de los barrios de Medellín de los estratos 1, 2 y 3, podría considerarse la posibilidad de que el subsidio de demanda que hoy se otorga a través de las juntas comunales, se convierta en un subsidio de oferta para la Universidad.
Finalmente, el municipio de Medellín, el Valle de Aburrá y el departamento de Antioquia requieren de un Sistema Universitario de Educación Tripartito que garantice la alta calidad, la pertinencia y la articulación entre programas e instituciones. Este sistema se debe convertir en el vehículo para el desarrollo del conocimiento, la movilidad estudiantil y profesoral, el nicho de los emprendimientos y la vinculación con el medio empresarial y social; pero, ante todo, debe también contribuir a garantizar la sostenibilidad financiera de la educación superior pública en la región
*Vicerrector Administrativo Universidad de Antioquia.