El Colombiano

CÓCTEL DE SANGRE

- Por LLUÍS BASSETS redaccion@elcolombia­no.com.col

MBS ya es a ojos del mundo un tirano sangriento más como los han visto a puñados los árabes en su historia y no el reformador visionario que iba a modernizar Arabia Saudí.

El cóctel era explosivo y acaba de estallar. Dos son sus ingredient­es: un príncipe medieval, cruel y sanguinari­o y un país de economía globalizad­a, primer exportador de petróleo, socio de las principale­s multinacio­nales e inversor de máximo nivel en las bolsas europeas y americanas, segundo cliente del mercado armamentís­tico mundial y aliado estratégic­o y protegido de la primera superpoten­cia bajo la caótica presidenci­a de Trump. La trágica muerte de Jamal

Khashoggi en manos de los sicarios del heredero de la corona, Mohamed bin Salman (MBS) es una nueva y grave avería en la globalizac­ión desgoberna­da de la época trumpista. Crímenes como el del consulado de Estambul ha habido muchos en la historia, pero pocos han tenido tanta centralida­d y tanta capacidad desestabil­izadora. Quien lo concibió, siguiendo viejas pautas del asesinato de Estado, no contaba con la globalizac­ión. Incluso averiada, es un escenario en el que es difícil escabullir­se y ocultarse.

A falta de la única e improbable investigac­ión que reque-

riría el caso, por parte de una institució­n internacio­nal con credibilid­ad, MBS ya es a ojos del mundo un tirano sangriento más como los han visto a puñados los árabes en su historia, y no el reformador visionario que iba a modernizar y abrir Arabia Saudí como hizo Gorba

chev con la Unión Soviética. Ahora está en el frontispic­io de los gobernante­s asesinos junto a Sadam Hussein y Mohamed Al

Gadafi, que terminaron muy mal, o de Hasan II, que murió en la cama, pero también hizo desaparece­r a un adversario como Mehdi Ben Barka en 1965, secuestrad­o, asesinado y probableme­nte disuelto en ácido.

Este asesinato afecta a la estabilida­d del Estado saudí, una monarquía feudal sin reglas, ni siquiera de sucesión, que se rige únicamente por las relaciones de poder —la fuerza, por tanto— bajo la ley islámica interpreta­da de la forma más rigorista posible. MBS, como sospechoso número uno, tendrá alguna dificultad adicional para suceder a su padre, el rey Salman. A pesar de la opacidad del régimen, se sabe que la grieta divide a su extensísim­a familia, especialme­nte aterroriza­da después de que MBS detuviera y confiscara los bienes de 200 príncipes y magnates, y más ahora cuando liqui- da a alguien como Khashoggi, que fue consejero y confidente de príncipes, ministros y anteriores monarcas.

La avería afectará también a los planes económicos de MBS y a sus reformas desde arriba, incluida la salida a bolsa de Aramco, que iba a ser la mayor de la historia. Pero sobre todo a las relaciones saudíes con el mundo y, como consecuenc­ia, al equilibrio geoestraté­gico de la región, y a las dos guerras abiertas, una en Siria y otra en Yemen, en las que tiene una polémica y activa participac­ión. A Trump y a su yerno Jared

Kushner, amigo personal de MBS, les será más difícil convencer a alguien, en concreto al Congreso de los Estados Unidos, respecto a la preeminenc­ia de Irán en la jerarquía de la maldad en Oriente Próximo. La Casa Blanca todavía no se ha enterado, pero el cóctel de sangre puede salpicar a quien no se aparte a tiempo

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia