LA ECONOMÍA NARANJA DE DUQUE
La economía naranja es un concepto difícil de definir, es en pocas palabras, la explotación de la creatividad e imaginación humana para la creación de bienes y servicios comercializables en un mercado.
Existen tres categorías comúnmente establecidas: la convencional, representada por la fotografía, el video, la impresión y creación de textos- literatura y periódicos. También está la categoría nueva, incluyendo la multimedia, software y los videojuegos. Finalmente, están las otras, que incluye: artes visuales y escénicas, conciertos, el turismo y el deporte entre otros.
Se estima que, si la economía naranja fuese un país, sería la cuarta economía a nivel mundial, el noveno exportador de bienes y servicios y la cuarta fuerza de mayor generación de empleos (Buitrago Restrepo & Duque Márquez, 2013). Sin duda, las cifras denotan un potencial enorme que el presidente Duque reconoció desde su época en el Banco Interamericano de Desarrollo y me atrevo a decir que desde antes. Por ello, fue a lo largo de su carrera a la presidencia, enfático en la apuesta que debía hacerse por este tipo de actividades en Colombia. Incluso en su primera alocución dijo lo siguiente: “Quiero que los jóvenes de Colombia escuchen esto con atención: Estamos comprometidos con el impulso a la economía naranja para que nuestros actores, artistas, […] emprendan con éxito, posicionen su talento y atraigan los ojos del mundo”.
Sin embargo, con el anuncio de los recortes en el presupuesto nacional, la apuesta del Presidente por transformar el modelo económico de Colombia e impulsar las actividades asociadas a la economía naranja se ha dificultado y ahora parece más una idea ilusoria que una realidad próxima. Y es que Colombia, en relación con el PIB, es de los países que en promedio menos aporta a los sectores perteneciente a la economía naranja. Sumado a que tras la aprobación del presupuesto para 2019, sectores como el de deporte y recrea- ción, ciencias y tecnología y cultura sufrieron un recorte presupuestal de aproximadamente 54%, 37% y 13% respectivamente. Si bien lo sucedido me hace cuestionar la viabilidad de implementar grandes cambios en la transformación de nuestra economía, conservo la ilusión de convertirnos cada vez más un país impulsado por nuestra creatividad e ingenio que en nuestros recursos naturales y seguiré respaldando a todo funcionario público que se trace como meta este objetivo * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Se estima que si la economía naranja fuese un país, sería la cuarta economía a nivel mundial.