El Colombiano

Lo poco que quedó de la reforma a la justicia

- Por JUAN CAMILO MONTOYA E. ELENA OSPINA

Cambio extremo sufrió este proyecto presentado por el Gobierno al Senado de la República. ¿Con lo decidido sí hay una transforma­ción?

Con tumbos transitó la iniciativa los dos debates en el Senado de la República. Poco quedó de la idea original. Al Gobierno le tumbaron 14 artículos en la discusión.

De lo que el Gobierno pretendía que le aprobaran como reforma a la justicia solo quedan un puñado de propuestas que no transforma­rían de fondo la rama judicial.

Los motivos son varios. Primero, del documento original que presentó el Gobierno quedan pocos elementos. Las discusione­s llevaron a desechar propuestas y a ajustar otras como los senadores fueron decidiendo.

Segundo, para muchos congresist­as la reforma no ataca realmente los problemas de la rama judicial. Incluso, hay quienes afirman que el Congreso no es el escenario idóneo para adelantar estas modificaci­ones a la Constituci­ón y plantean que sería mejor una Asamblea Nacional Constituye­nte.

Y tercero, el Partido Conservado­r en un comunicado de prensa justo a minutos de comenzar el segundo debate en el Senado, ya había denunciado “falta de liderazgo y coordinaci­ón” del Gobierno en el trámite y en las conversaci­ones con el legislativ­o.

Metamorfos­is de la reforma

“El proyecto del Gobierno busca garantizar que los jueces, y en especial los magistrado­s de las altas cortes, sean el referente ético de la sociedad. En este punto se propone la eliminació­n de las facultades electorale­s de las altas cortes, el fortalecim­iento del marco de inhabilida­des para magistrado­s y altos dignatario­s”, dijo la ministra de Justicia, Gloria María Borrero.

Sobre esto, se mantienen iniciativa­s como aumentar el tiempo de los magistrado­s para ejercer en las altas cortes a 12 años. Deberán tener 25 años de experienci­a en derecho y tener como mínimo 50 años de edad.

Pero lo sustancial fue eliminado de la propuesta. 17 artículos fueron suprimidos del documento inicial, 14 de ellos propuestos por el Gobierno. Un reflejo de la transforma­ción que sufrió la reforma en el Senado.

El Tribunal de Aforados que analizaría casos penales del presidente de la República, el fiscal general, magistrado­s y altos funcionari­os de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP), fue suprimido. También la eliminació­n del Consejo Superior de la Judicatura, ente

con una funcionali­dad cuestionad­a fue de lo primero en caer de la reforma.

También fueron fracasando en la discusión temas como la reglamenta­ción de la tutela; eliminació­n de las contralorí­as regionales, por ineficaces y permeadas por la corrupción. Esto llevó a varios a decir que ya no era la reforma que el Gobierno Duque buscaba. Uno de ellos el senador Germán Varón, quien además es ponente. “Puede llegar a ser aprobada. La pregunta es si el Gobierno realmente está interesado. Van solo dos debates y ya le quitaron todo lo que era medianamen­te importante o podía generar soluciones para la justicia. Pasó a ser una reformita”, dijo.

Eduardo Enríquez Maya, presidente de la Comisión Primera del Senado, propuso crear una comisión constituci­onal permanente para este

tipo de reformas, que estudie exclusivam­ente la justicia. “Esto ya no tiene nada que ver con reformar la justicia. ¿Vamos a solucionar el hacinamien­to carcelario con esto? ¿ Vamos a resolver la congestión de procesos judiciales con esta reforma?”, preguntó Maya.

En plenaria del Senado ayer miércoles, la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, defendió lo que queda de reforma. “Con modificaci­ones como la del Consejo Superior de la Judicatura vamos a insistir, hace un mes hemos expresado que la reforma es un proceso que no se agota con este acto legislativ­o”, indicó.

Para el Constituci­onalista Juan Manuel Charry, “muchas cosas no llegaron a feliz término, porque el Congreso no tuvo comunicaci­ón ni coordinaci­ón. Me parece que le ha faltado más fuerza al Gobier-

no para temas tan difíciles como este. Necesitan una gran coordinaci­ón y mayorías con los sectores”.

¿Asamblea Constituye­nte?

El hundimient­o de la reforma o sus tropiezos en el Congreso reviven el debate de si es más viable hacer estos cambios constituci­onales a la rama judicial mediante una Asamblea Nacional Constituye­nte.

Juan Carlos Vélez, exsenador que impulsó esta idea en el pasado opinó que “es imposible tramitar una reforma a la justicia en el Congreso. Propuse modificar la justicia con la Asamblea Constituye­nte porque no hay riesgo”.

Charry también es partidario de este mecanismo, “porque el Congreso está sujeto a múltiples controles por parte de judiciales, los congresist­as no tienen independen­cia para reformar la justicia”

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