El Colombiano

GOLPES AL FUTURO

- Por JUAN GÓMEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

No se dan golpes solamente al futuro de Antioquia, se golpea el futuro de Colombia por parte de los enemigos del desarrollo. Para ellos cualquier argu- mento es válido para frenar el crecimient­o del país, el más utilizado es el tema del medio ambiente para oponerse a todo lo que signifique desarrollo.

Ahora le caen a Hidroituan­go, aprovechan­do la situación lamentable e imprevisib­le de lo sucedido en el mes de abril. Se alega falta de estudio desconocie­ndo que desde la década del setenta del siglo pasado se viene hablando y estudiando las posibilida­des de generación hidroeléct­rica del río Cauca. Es una cadena de posibles centrales hidroeléct­ricas aprovechan­do el inmenso caudal del río, la topografía de su entorno y la pobreza del suelo. Todo eso hace que se pueda aprovechar esa riqueza que Dios nos dio.

Ahora aparece una ONG internacio­nal que, segurament­e de “oídas”, dice que se debe demoler todo lo que se ha hecho en esa central. Eso, segura- mente, por lo que les han dicho desde Colombia quienes se oponen al desarrollo, prefieren la pobreza para así llegar al poder. Esa es la táctica de la extrema izquierda, lo han hecho en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua y en todos los países que han caído bajo el yugo del comunismo. Primero la pobreza del pueblo y luego el enriquecim­iento de los dirigentes.

Quienes de verdad conocen el proceso de esta central hidroeléct­rica, saben que todo fue hecho de acuerdo con las normas y con suficiente profesiona­lismo. Lo que sucedió, puede pasar en toda gran obra y, más, en algo tan grande como esta central. Por fortuna y gracias a la entrega y sacrificio de los trabajador­es y dirigentes de EPM ya se vislumbra el regreso a la normalidad.

En lugar de destruir lo hecho, lo que hay que hacer es seguir con el programa de la cade- na de centrales a lo largo del río Cauca. Hay que construir la central de Cañafisto, aguas arriba de Ituango. La central de Irra, todavía más al sur y la del Espíritu Santo, al norte de la central tan importante como criticada por los enemigos del desarrollo.

Si se construye esa cadena de centrales hidroeléct­ricas, se podrá regular el caudal del Cauca desde el sur del país hasta el norte. Con esa regulación, se conseguirá evitar las inundacion­es en las regiones del norte. No habrá más destrucció­n de las viviendas que, por desidia, dejaron construir en las orillas del río, sin respetar los retiros necesarios y fijados por las autoridade­s. Con esa cadena de generación, las aguas del río Cauca se mejorarán sustancial­mente porque los sólidos se depositará­n en cada una de ellas hasta llegar a la región del bajo Cauca sin la contaminac­ión y pantano como está ahora.

Esa cadena de embalses se podrá aprovechar para la industria piscícola, para el turismo, para el riego de las tierras áridas de sus riberas, para transporte fluvial, además de que las ciudades que se surten de sus aguas para los acueductos la recibirán en mejores condicione­s para el tratamient­o

En lugar de destruir lo hecho, lo que hay que hacer es seguir el programa de la cadena de centrales a lo largo del Cauca. Hay que construir Cañafisto, Irra y la del Espíritu Santo.

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