Donar tiempo y saberes salva vidas
Se cree que contribuir a salvar vidas puede ser costoso o incluso utópico. Toda ayuda es valiosa.
En Colombia, cada año se detectan miles de casos de cáncer de mama. Este, junto con el pulmón y el de piel, son los que más afectan a la población femenina alrededor del mundo.
Corría el año 2002 cuando a Claudia Urrego le diagnosticaron cáncer de mama. A partir de allí inició un camino no solo doloroso por lo que implicaba la enfermedad (perder un seno y el cabello, por ejemplo), sino tortuoso y lento por los trámites en la EPS. En noviembre de ese año le negaron la reconstrucción de uno de sus senos, así que buscó asesoría de un abogado, interpuso una tutela y el juez falló a su favor para que la EPS le diera un tratamiento integral. Esta situación la hizo más consciente de todas las situaciones por las
que pasan las pacientes y en el 2005, a raíz de los tratamientos y como un propósito de vida, decidió crear la fundación Fundayama.
En la actualidad Fundayama ha atendido cerca de 3.300 mujeres. “Cada año llegan alrededor de 480 pacientes nuevas. Sin embargo, nuestro impacto social llega a 9.000 personas al año”, explicó Urrego,
quien destacó la importancia de las campañas que lidera la fundación. “Lo que buscamos es concientizar a muchas mujeres sobre la importancia de un diagnóstico temprano”.
Pero ese impacto no sería posible sin la labor de Fundayama, la cual es realizada en más del 90% por voluntarios: profesores de yoga y terapia ocupacional, tres talle-