¿La industria quiere que usted deje de fumar?
Nuevos productos de tabaco dejan un sabor amargo en la boca para serias entidades de salud pública.
En 1950 la divulgación de los peligros que se relacionan con fumar cigarrillo hizo entrar en pánico a sus fabricantes. Hasta entonces no se hablaba de ellos, se escondían. Entonces se embarcaron en nuevas propuestas como los cigarrillos livianos y bajos en alquitrán, pero estos ni siquiera son más seguros y la industria lo sabe.
Hoy, luego de millonarias inversiones, ponen en la mesa nuevas propuestas que buscan reducir el riesgo que trae fumar a la salud. Ante esta situación muchos desconfiados del sector se preguntan: ¿por qué confiar en que los cigarrillos electrónicos y productos calentadores de tabaco, como es una de las opciones, disminuyen el riesgo para fumadores e incluso pueden ayudar a dejarlo?
Según la industria, los calentadores de tabaco reducen hasta en un 95 % el riesgo de cáncer. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no les cree. Datos de esta entidad aseguran que hay más de 1.100 millones de fumadores en el mundo y actualmente más de 7 millones mueren cada año debido a las enfermedades producidas por el humo, un millón de ellas de América Latina. A siete de cada 10 fumadores les gustaría dejar de serlo, pero lo cierto es que lograrlo no es tan fácil como se plantea en teoría: se necesita fuerza de voluntad porque la nicotina es adictiva,
y alternativas, como las innovaciones tecnológicas que prometen ser menos dañinas y ayudar paulatinamente a abandonar el hábito.
Se restringe su venta
Este jueves autoridades de Estados Unidos ordenaron duras restricciones a la venta de cigarrillos electrónicos saborizados, tras registrarse en un año un aumento de 78 % de su consumo entre los jóvenes.
La regulación anunciada por la Agencia federal que supervisa alimentos y medicinas (FDA), sujeta a revisión hasta junio próximo, permitiría la venta de cigarrillos electróni-