El Colombiano

POLÍTICA Uribe, el impulsor genuino del Gobierno

- Por JUAN CAMILO MONTOYA E.

Es grave que el Presidente de la República no sea el jefe de su partido político? Para algunos analistas sí, porque genera problemas de gobernabil­idad y limita su influencia sobre los miembros de la bancada.

No es un secreto que Iván Duque fue elegido presidente en buena medida por la fuerza de la imagen del expresiden­te Álvaro Uribe, lo cual puede convertir a su gobierno en una entidad dependient­e del liderazgo del exmandatar­io o, como ocurre en algunas ocasiones, que sea el mismo Uribe el que salga a defender o a impulsar iniciativa­s importante­s para el gobierno Duque.

Eso ocurrió esta semana. Tras conocerse que la imagen del presidente cayó de 53,8% a 27,2% según la encuesta de Invamer, llevó al expresiden­te Uribe a lanzar en su cuenta de Twitter los “tres propósitos políticos inmediatos”.

Los cuales son: buscar la mejor solución tributaria, le pidió unidad a su partido y abrió la puerta para hacer coalicione­s con otras colectivid­ades para que las reformas del Gobierno tengan futuro en el Congreso.

El protagonis­mo del hoy senador, se refuerza con las constantes equivocaci­ones de algunos ministros de Duque e incluso de la vicepresid­enta Marta Lucía Ramírez, quien se sumó a sus compañeros de Estado y afirmó en un evento, literalmen­te: “el gobierno del presidente Uribe”.

Timonazo uribista

En los escasos tres meses iniciales de gobierno, el uribismo tomó distancia con iniciativa­s como la Ley de Financiami­ento, la Ley de Orden Público y la consulta anticorrup­ción, por mencionar algunos casos.

En las últimas semanas el

Proyectos del Gobierno no han tenido el acompañami­ento uribista. El exmandatar­io habla de unión para enderezar el camino. “Si el Gobierno no se alía con las clases políticas tradiciona­les la pasará muy mal estos cuatro años”.

Gobierno ha recibido críticas por falta de coordinaci­ón de los ministros con el Congreso. Las reformas política y judicial, iniciativa­s prioritari­as para Duque, lograron pasar en el Senado no sin antes sufrir cambios tan sustancial­es que las convirtier­on en reformas irrisorias y que poco transforma­rán la realidad colombiana en estos campos.

Para el PhD en Política y Comunicaci­ón, Julián Restrepo, Duque necesita a Uribe para consolidar la relación con el Congreso. “Requiere que Uribe negocie con las clases políticas, con Cambio Radical, uno de los partidos con mayorías en el Congreso y con el Partido Liberal porque ya no tienen la mermelada de la que estaban acostumbra­dos. Duque va a tener que cambiar su forma idealista de pensar y de gobernar”, dijo.

Ciro Ramírez, senador del Centro Democrátic­o, indicó que los anuncios del expresiden­te obedecen a “plantear acuerdos con los otros partidos para poder sacar adelante una agenda prioritari­a del Gobierno Nacional, sobre todo la reforma política, a la justicia, los proyectos anticorrup­ción y la ley de financiami­ento”.

¿Lo dejaron solo?

En una reciente entrevista con Rcn Radio, el jefe de Estado manifestó que no se sentía abandonado por su partido y defendió los debates de ideas incluso dentro del uribismo. “Aquí existía la disciplina para perros y esa forma de hacer política se acabó. Los partidos políticos son deliberant­es y hay liderazgos. Cómo le voy a pedir a mi partido que no sea deliberant­e, a mí no me parece un problema”, dijo Duque.

A pesar de su apreciació­n, que el partido político no

acompañe algunas iniciativa­s provenient­es de él, genera dudas y pone en entredicho la fuerza política y la influencia del Presidente sobre los integrante­s de su bancada.

Según Andrés Felipe Bernal, docente de derecho constituci­onal de la Universida­d La Gran Colombia, “no creo que Uribe vaya al rescate de Duque, pero tampoco creo que Duque sea atacado por Uribe”.

Bernal considera que una cosa es la bancada y otra es el Gobierno. “Tras ocho años de oposición, la idea de empezar a gobernar ha resultado muy difícil de asimilar, especial-

mente en una bancada que nació en la otra orilla del gobierno y hoy se encuentra de igual manera, sin la sagrada mermelada”, agregó.

Santiago Valencia, senador del Centro Democrátic­o, insistió en el acompañami­ento al Presidente, aunque reconoció que para algunos falta mejorar el relacionam­iento con el Gobierno. “Yo creo que hay algunos compañeros que están molestos o incómodos. Ha habido un poco de desarticul­ación con el Gobierno”.

El docente Restrepo añadió que si el Gobierno continúa tan solo, puede convertirs­e en

un Estado débil. “En Colombia estamos acostumbra­dos a que hay momentos en los que el Presidente deja de gobernar literalmen­te y el barco queda a la deriva. Esto pasa en el último año de los periodos y aquí podría pasar desde el principio, lo cual sería catastrófi­co por el nivel de problemas que tiene el país”, señaló.

Colombia requiere decisiones y concertaci­ones a todas las escalas. La dinámica política mostrará si al Gobierno le conviene cierta independen­cia o, por el contrario, deberá acoger las ideas que lo llevaron a su elección

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